Bejeque, cocina del mundo con ADN canario

Elías Rodríguez ha conseguido trasladar, con su El Bejeque, la esencia de los productos canarios, especialmente los pescados, a un mundo que se refleja en Sudamérica y Oriente, transitando sabores sin caer jamás del alambre.

Xavier Agulló

|

El Bejeque (planta carnosa endémica de Canarias) es uno de esos restaurantes que supo tocar la tecla mágica ya hace cuatro años, cuando abrió en pleno centro histórico de La Laguna (Tenerife). Lleno desde el primer día, ni la pandemia pudo con ellos (triunfaron con el take away) y así, con este poderío, han seguido hasta el día de hoy, al punto que ya están en tratos con un nuevo local, más grande, en otra localización del centro de la ciudad.

Roll de atún picante. Foto: X Agulló.
Roll de atún picante. Foto: X. Agulló.

Al frente de todo, el chef Elías Rodríguez, lagunero pero de familia palmera, algo que no es baladí si tenemos en cuenta que su deriva hacia la cocina la estimuló el amigo Pedro Martín, chef de La Palma que lleva años triunfando en Ciudad de México, primero con el recordado y gamberro Jaleo, después en el más puesto Kaye, en Condesa, y ahora en el Bulla, en la misma colonia, y con una filosofía que mira a España.

 

Elías se metió en el fregado y, tras pasar por distintos restaurantes y hoteles y, muy especialmente viajarmultitud de veces a Asia, decidió abrir su propio negocio, Bejeque. Otro dato que es preciso citar para entender su mundo culinario interior: Elías es pescador, pero pescador a lo grande, a lo bestia (ver la foto que encabeza este artículo). Sale a pescar con su íntimo amigo y socio de Bejeque, tres veces por semana, y juro que regresa a La Laguna con piezas asombrosas. Así, prácticamente todo el pescado (la principal materia prima de la carta) que se sirve en el restaurante proviene de sus artes. Lo otro pertenece a la economía circular, porque cada producto que entra en el local es servido por un selecto grupo de pequeños productores agrícolas y ganaderos. Nada se escapa. Finalmente, la última vibración de aquella tecla mágicase produce en la cocina, de donde brota todo con un carácter alegre, divertido, respetuoso, sabroso y con un acento que, arraigado en Canarias, mira hacia Oriente y Sudamérica. Cocina del mundo con ADN canario, dice Elías, “aunque cada vez estoy más cerca de Canarias y más lejos de lo nikkei.

Huevos rotos con confit de pato. Foto: X. Agulló.
Huevos rotos con confit de pato. Foto: X. Agulló.

Pasamos a la mesa situados en el concepto (el restaurante posee un exuberante jardín delicioso en los días soleados), y comenzamos con un roll de atún picante, relleno de atún y aguacate y topeado generosamente con un tartare de atún nervioso de kimchi, sriracha, togarashi y tobiko, que no falte de nada. Una receta sencilla pero ejecutada con suavidad y equilibrio. Las croquetas (inevitables en un restaurante de éxito y muy transversal) son de atún con kimchi y katsobushi (la mejor), de pulpo con pimentón y de boletus con trufa.

 

El pulpo de larga cocción se presenta en tempura, uno de los must de la casa. Como los huevos estrellados con papas y confit de pato, todo un canto a la gourmanderie. Conviene señalar que en la carta hay varios ceviches y tiraditos, elaborados con los pescados capturados por Elías. Pero hoy, para finalizar, optaremos por un clásico peruano chifa, el lomo saltado, con vinagre de Jerez, soja, salsa de ostras, togarashi… Carne de angus de morbosa textura, sabores ciertos y armonía global.

Lomo saltado. Foto: X. Agulló.
Lomo saltado. Foto: X. Agulló.

Todavía se puede alargar la fiesta con los quesos, particularmente con el ahumado de El Hierro y el lanzaroteño y epifánico de Finca Uga, exquisitas tiroxinas.

 

Cuando salimos, el local todavía seguía lleno.

NOTICIAS RELACIONADAS