Xavier Pellicer comienza nueva etapa con una arrocería en la playa de Barcelona

Luis Tusell

|

El chef se une al empresario Guido Weinberg en Barraca, especializado en productos ecológicos y de calidad

pellicer
Xavier Pellicer en el Barraca.

El chef Xavier Pellicer acaba de comenzar una nueva etapa profesional. Tras abandonar Can Fabes a principios de año, donde mantuvo dos estrellas Michelin, Pellicer se ha unido al empresario Guido Weinberg para impulsar una arrocería en la playa de Barcelona. Se trata de Barraca, un local de dos pisos en el paseo marítimo de la Barceloneta que se especializa en productos ecológicos. Es, de hecho, una evolución del Woki Organic Market de Weinberg, un mercado de este tipo de alimentos que ya cuenta con tres establecimientos en la capital catalana.

Ahora Weinberg, en lo que eran sus oficinas, ha habilitado un local con unas vistas magníficas a medio camino entre restaurante y chiringuito, con la dirección gastronómica de Pelllicer. «Es muy arriesgado abrir un restaurante gastronómico, y aquí puedo gestionar mi tiempo», explica Pellicer, que valora «tener más tiempo libre» con esta dirección gastronómica.

El Barraca, con un precio alrededor de los 40€, competirá con las mejores arrocerías de Barcelona, garantizándose un emplazamiento privilegiado y apostando por un producto de calidad, preferentemente ecológico y preferiblemente de proximidad. «Somos sensibles a nuestro entorno», explica el chef.

barraca
El comedor de Barraca.

En la planta baja, a nivel de calle, el restaurante cuenta con una terraza frente a la Barceloneta y la posibilidad de pedir tapas y aperitivos. En el primer piso, con vistas sobre el mar, el comedor principal, combinando madera y tonos blancos, y los ventanales bien abiertos, con la brisa corriendo y dando la sensación de que estás al aire libre.

La carta es sencilla y con una clara apuesta por el producto, que Pellicer sabe localizar. La prueba, el que seguramente será el plato estrella: arroz del Delta del Ebro con alcachofas, sepia, salsichas y «cáscara» (mejillones, amejas…). Un plato «de superviviencia», dice Pellicer. «Es el que me gusta comer en casa, con lo que tengo en la nevera».El arroz procede de una pequeña empresa familiar de Sant Jaume d’Enveja, llamada Lo Nostre Arròs. Son la cuarta generación y lo producen de forma totalmente artesanal. Y se nota al probarlo. Un grano de arroz grande, consistente y meloso, que le da fuerza a un plato espectacular en el que nada se pone al azar. Sin ir más lejos, las salsichas, que Pellicer trae de una carnicería de La Boqueria, se funden en la boca.

arroz

La variedad de arroces sigue con el bomba con calamar, pescado de lonja y setas, el arroz negro a la cazuela, el a banda con navajas a la plancha o las paellas: marinera o con verduras ecológicas. Para acompañarlos, una serie de aperitivos marineros, como unos mejillones del Delta del Ebro salteados con ajo y guindilla (se podrían tomar simplemente al vapor porque son de aquellos que hoy en día ya cuesta encontrar), calamares, anchoas del Cantábrico, almejas y berberechos. Los croquetas son otro must. Caseras, de pollo y con poca bechamel. Y, finalmente, un surtido de ensaladas de raciones contundentes con productos ecológicos y hasta un gazpacho de tomate y sandía.

barraca-exterior
Vistas desde el primer piso del Barraca.

El colofón lo ponen los postres, a cargo de Rafa de Valicourt, chef de dilatada experiencia que en el año 2000 obtuvo el premio a la mejor carta de postres en La Torre del Remei. Crocanti, sopa de melón, fresas con nata, mousse de chocolate…

Barraca va a ser la gran sensación del verano barcelonés. Su localización le asegura el éxito en una zona que rebosa turistas. La clave, como reconoce el propio Pellicer, será atraer el público barcelonés cuando falten los turistas, en invierno. La apuesta por el producto de calidad, singular y bien buscado a un precio razonable les pone en buena posición de salida.