«Edo, ergo sum» («Como, luego soy») dijo Unamuno y medio siglo antes, Ludwig Feuerbach señaló que el hombre «es lo que come».
El profesor malagueño Fernando Rueda recuerda a estos dos filósofos unidos por la comida en una sabrosa charla en la que desgrana su pasión por la gastronomía y que ayer se materializó en la III edición de Tapearte. Se trata de la reunión trimestral de 20 de los mejores cocineros de Andalucía (entre ellos dos estrellas Michelin) que ayer se anudaron los delantales en el restaurante Amador de la calle Tejón y Rodríguez para ofrecer la degustación gratuita de 20 tapas de nueva creación.
«La idea se me ocurrió porque una cocinera inauguraba su restaurante en Antequera (Coso San Francisco) y llamé a 20 cocineros para que trajeran una tapa, San Miguel puso las cervezas y decidimos hacerlo cada tres meses», explicó. Tras la primera cita en noviembre de 2010 en Antequera vino el Hotel Kempiski de Antequera y ahora el restaurante Amador de Málaga. La idea próxima: promocionar la cocina andaluza con encuentros en otros rincones de España.
«En realidad es como un menú degustación de 20 platos porque hay tapas de entrante y hasta de postre», precisó Fernando Rueda, que resaltó que el cocinero Adolfo se encargó de las órdenes de partida.
El apetito por la ciencia gastronómica se le despertó, por cierto, a través de la Antropología y la Etnografía. Premio Nacional de Investigación sobre la Artesanía Popular en 1973, comenzó a estudiar los estereotipos culinarios andaluces y cómo la comida se convierte en seña de identidad de un pueblo. «Aquí en Málaga existen por ejemplo diversos platos que son exactamente iguales, con variaciones pequeñas pero identitarios de ese pueblo». Así, la confusión salmorejo-porra en Córdoba o Antequera seguramente pondrá en un aprieto diplomático al comensal.
No hay mucha confusión con respecto al origen de las tapas. Fernando Rueda desmiente tópicos como que Alfonso X, Alfonso XIII o incluso el rey Sancho crearon este gran invento. «La palabra tapa es muy reciente», detalla, mientras recuerda que los españoles la llevaron a América con el nombre de botana y que Quevedo la denominaba avisillos.
En cuanto a las tapas de ayer, se pudieron degustar pequeñas obras de arte como el ajoblanco con espuma de mango , el taco de atún rojo con emulsión de coliflor o el sushi flamenquín de ibérico, preparado por Celia Jiménez, primera andaluza con una estrella Michelin.
Y Fernando Rueda detalla una tapa de sencilla apariencia pero que resulta una obra de artesanía, preparada por Charo Carmona del Coso San Francisco de Antequera: los huevos de prueba. «Pelas y cortas por la mitad huevos de codorniz, le quitas la yema y en medio va la prueba, como se le llama a la masa del morcilla y chorizo antes de ser embutida. Se vuelve a cerrar, se amasa muy bien y se empana con yema de huevo, queso y frutos secos, se ensartan y se fríen sobre una cama hecha de porra antequerana con fondo de fruta».
Tapearte, reunión de profesionales y amantes de la cocina, constata, a juicio de Fernando Rueda, que «indiscutiblemente, en Málaga tenemos la mejor cocina de Andalucía y que Andalucía no tiene nada que envidiar a ninguna provincia española». Aquí van los 20 artistas de ayer: Álvaro Arbeloa, José Nalda, Amador Fernández, Benito Gómez, Cati Shiff, Celia Jiménez, Charo Carmona, Diego del Río, Fernando González, Francisco Jarabo, Iván Bravo, Javier Hernández, Jordi Bataller, Kisko García, Mauricio Giovanini, Pachu Barrera, Richard Alcayde, Sergio del Río, Víctor Taborda y Willy Orellana.
Fuente: Alfonso Vázquez, «La Opinión de Málaga».