La restauración europea al límite

Carla Vidal

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La segunda ola de la Covid-19 sigue haciendo estragos en toda Europa. Los diferentes gobiernos europeos van escalando medidas y no hay día en que no aparezcan nuevas restricciones. El fin de semana España e talia anunciaban nuevas medidas para intentar frenar el avance de la pandemia; ayer, Francia y Alemania endurecían también sus propuestas para hacer frente a la escalada de contagios. Y en la mayoría de los casos uno de los sectores que se ve más perjudicado por la implantación de estas medidas es el de la restauración.

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Repasemos cómo está el mapa de la restauración europea durante esta segunda ola de pandemia por coronavirus.

Francia

Francia es ahora el país europeo que está registrando las cifras de contagio más altas; en correspondencia es, por ahora, el que ha aplicado medidas más drásticas. Las anunciaba ayer el mismo presidente de la República Francesa, Emmanuelle Macron: nuevo confinamiento de todo el país durante un mes, desde el próximo viernes hasta el uno de diciembre. Todos los comercios no esenciales y establecimientos que reciban público (bares y restaurantes entre ellos) deberán cerrar.

Desde el pasado 16 de octubre, en algunas grandes ciudades de Francia ya se aplicaba un toque de queda nocturno de nueve de la noche a seis de la mañana. Una medida que ya había impactado duramente en el sector de la restauración que vio como se reducían sus ingresos drásticamente al complicarse el servicio de la cena.

Estando así las cosas no es de extrañar el desánimo que reina entre los restauradores franceses quienes a través de su patronal aseguran que “las empresas son mucho más frágiles ahora que en la primera ola de la pandemia y será problemático asumir un mayor endeudamiento”. En este sentido el Gobierno prevé prolongar el llamado desempleo parcial (los ERTE españoles) y las ayudas a empresas y autónomos.

Macron anunció también que, dependiendo del avance del brote, en dos semanas se podrían implementar excepciones para la apertura de ciertos negocios no esenciales, sobre todo, con la llegada de la época navideña. Unas posibles excepciones que podrían ser anunciadas por el primer ministro francés Jean Castex, en rueda de prensa este jueves a las 18:30h.

 

Alemania

En Alemania, a pesar de que los contagios no están aumentado a un ritmo tan elevado como en otros países europeos, son de la opinión que cada día cuenta y no han querido dilatar en el tiempo la aplicación de un plan de choque. Es así como, también ayer, comparecía la canciller Angela Merkel para anunciar lo que podríamos llamar un confinamiento light: cierre parcial de la vida pública durante todo el mes de noviembre, excluyendo escuelas y comercios. A la práctica, esto implicará el cierre de bares, cafeterías y restaurantes -además, de locales culturales y gimnasios- a partir del próximo lunes 2 de noviembre. Como ya ocurrió durante la primera ola de la pandemia, los restaurantes solo podrán servir comida para llevar.

La voluntad del Gobierno Federal Alemán es intentar aplanar la curva antes de la campaña navideña para dar así un respiro a la actividad económica. Paralelamente, Alemania pretende extender hasta el 30 de junio de 2021 la ayuda puente que está ofreciendo a las empresas para permitirles capear la crisis de la Covid-19. Además, el Gobierno financiará hasta el 75% de las pérdidas de las empresas con hasta 50 empleados. Para ello, el Ejecutivo destinará 10.000 millones de euros.

 

Italia

Los anuncios de Francia y Alemania tienen en vilo a la población italiana. «Confinamiento. Confinamiento», algunas voces ya lo reclaman. El Gobierno prefiere esperar a ver el resultado de las medidas implementadas durante el fin de semana.

El pasado domingo, Giuseppe Conte, primer ministro italiano, anunció, entre otras medidas, la restricción de las actividades de los servicios de restauración (bares, pub, restaurantes, heladerías y pastelerías) de cinco de la mañana a seis de la tarde, al menos hasta el próximo 24 de noviembre. Unas medidas que han desatado airadas protestas a lo largo de todo el país. Al grito de “Dejadnos trabajar” propietarios y trabajadores de bares, restaurantes y cafeterías han asaltado las calles con manteles y platos para metafóricamente “poner la mesa” en diversas ciudades italianas, como Nápoles, Trieste, Florencia, Bari o Palermo. Incluso han llegado a vivirse escenas un tanto violentas con petardos y cartas bombas.

Paralelamente, ayer mismo el presidente de la Republica, Sergio Mattarella, firmaba un decreto para implementar ayudas a los sectores productivos más dañados por la Covid. Esta nueva norma aumenta los recursos que ya se aprobaron el pasado verano y que se calcularon en base a la diferencia entre lo ingresado en abril de 2020 -en pleno confinamiento- con el mismo periodo del año pasado. De esta manera, ahora, los bares podrán recibir hasta el 150% y los restaurantes llegarán a doblar la cifra, hasta el 200%.

 

Bélgica

La segunda ola de la pandemia ha impactado fuerte en Bélgica. A primeros de octubre, Bruselas vivió el cierre de bares, cafeterías y salones de té (no restaurantes) pero poco después la situación se complicó en todo el país y el primer ministro belga, Alexander De Croo, acabó anunciado un toque de queda -de doce de la noche a cinco de la mañana- acompañado por el cierre de bares, cafés y restaurantes durante todo un mes.

Estas nuevas medidas entraron en vigor el pasado 19 de octubre y se prevé su revisión la primera semana de noviembre, aunque las estadísticas no son muy favorables a su levantamiento o relajación. El Gobierno belga está trabajando en un plan para ayudar a mantener a flote los negocios de restauración.

 

Reino Unido

Desde el pasado 24 de septiembre, en el Reino Unido impera la obligatoriedad de que bares y restaurantes cierren a las diez de la noche, así como un máximo de seis personas por reserva y la prohibición del servicio en la barra. A estas normas, a medida que la extensión de la pandemia se ha hecho más evidente en las islas británicas, se le han sumado nuevas restricciones.

Inglaterra opera ahora bajo diversos niveles de alerta que condicionan las normas que rigen según la situación epidemiológica de la zona. Así pues, con el nivel de máxima alerta, bares y restaurantes deberán permanecer cerrados. Con un nivel medio de alerta, en los interiores no se pueden mezclar unidades familiares, aunque esto sí es posible -con un máximo de seis personas- en las terrazas. El cierre de los locales debe ser a las 22h. Y, por último, con un nivel uno de alerta se aplican simplemente las restricciones que ya eran de imperativo nacional: cierre a las diez de la noche y reservas de no más de seis personas.  Los niveles de alerta en los que se encuentran cada zona se revisan mensualmente.

Escocia, Gales e Irlanda del Norte tienen su propia legislación sobre el control de la pandemia. En Escocia, por ahora, cafés y pubs tienen prohibido servir alcohol en el interior y los espacios exteriores cierran a las diez de la noche. Los locales de restauración, que no sirvan bebidas alcohólicas, pueden operar entre las seis de la mañana y la seis de la tarde. Pero el 2 de noviembre entra en vigor una nueva orden más restrictiva que contempla cinco niveles de alerta, comportando el de mayor riesgo un confinamiento total de la población. ¿Cómo afectaría esta nueva normativa a la restauración? En el nivel máximo de alerta, la restauración estaría completamente encerrada, se prohibiría la venta de cualquier tipo de alcohol en el segundo nivel más alto, y podrían servir bebidas alcohólicas en el interior solo con una comida principal, o en el exterior sin una comida principal, en las áreas con un nivel medio de alerta.

En Gales, desde el 23 de octubre y durante 17 días, todos los pubs, bares, restaurantes y hoteles cierran a partir de las cinco de la tarde, aunque pubs y restaurantes podrán funcionar como restaurantes de comida para llevar.

Y en Irlanda del Norte, pubs y restaurantes permanecen cerrados por un mes desde el pasado 16 de octubre. Takeaways y deliveries siguen funcionando, pero con la obligatoriedad de finalizar a las 23h.

Como medidas de apoyo al sector y en el marco de la ampliación del Plan de apoyo al empleo del Gobierno británico, las empresas de todo el Reino Unido cuyos locales están obligados por ley a cerrar durante algún período del invierno como parte de las restricciones locales o nacionales recibirán subvenciones para pagar los salarios del personal que no pueda trabajar. El Gobierno pagará dos tercios del salario de cada empleado, hasta un máximo de 2.100 libras esterlinas al mes.

 

Países Bajos

El endurecimiento de las medias que implementaron los Países Bajos el pasado 14 de octubre ha pasado también por un efecto directo en la restauración: cierre completo de bares y restaurantes (además de reducción del horario comercial y la prohibición de vender alcohol y drogas blandas entre las 20h y las 7h). Unas medidas que siguen en vigor y que serán revisadas en las semanas siguientes al 27 de octubre.

¿Y qué pasa en los otros países europeos?

Todos los países miran con cautela qué medidas toman sus vecinos y de alguna u otra manera éstas acaban afectando a la restauración. En Austria, en algunas zonas del país -como Leipzig-, bares y restaurantes están obligados a cerrar a las 22h. Una norma que también han adoptado en la República Checa, Eslovaquia y Dinamarca. En Finlandia, el servicio debe finalizar a la medianoche para poder cerrar el establecimiento a la una, pero en aquellas áreas más golpeadas por el virus se limita al consumo hasta las 22h también.

Suecia, Noruega y Estonia aún no han aplicado medidas que impacten en horarios y cierres. En cambio, Islandia ha tenido que cerrar bares y discotecas (los restaurantes de momento se libran) por el aumento de contagios. En Rumanía, de momento, solo se está viviendo el cierre de restaurantes en su capital, Bucarest, y Grecia aplica toques de queda desde las 00:30h a las cinco de la mañana en las zonas más afectadas sin plantearse aún cierre de restaurantes antes de medianoche. En Portugal los contagios se aceleran y se ha convocado para este fin de semana un Consejo Extraordinario de ministros del que saldrán las medidas a tomar, entre ellas un posible toque de queda.

La situación es peor en Irlanda, donde desde el pasado 16 de octubre, se han cerrado los bares y restaurantes, excepto los servicios de takeaway y delivery, que pueden operar hasta las 23h. En este sentido, Adrian Cummins, responsable de la Asociación de Restaurantes de Irlanda, advierte que la mitad de los restaurantes de todo el país cerrarán definitivamente, a menos que los niveles de infección bajen y las restricciones se suavicen antes de fin de año.

Una previsión que, lamentablemente, comparten muchas asociaciones de restauradores a lo largo de Europa. Esperemos que las medias funcionen y permitan su relajación lo más pronto posible para encarar así la campaña de Navidad.