Algo está pasando en la alta cocina, en pocos días han cerrado dos restaurantes que acumulan ni más ni menos que 6 estrellas Michelin. Son dos casos muy distintos, nos queda Heston Blumenthal para rato ya que sólo ha bajado la persiana por unos días, pero Marc Veyrat acaba de anunciar el cierre «indefinido» de su Auberge de l’Éridan. Sin duda, una mala noticia.
Este prestigioso y exéntrico cocinero francés de 58 años afirma que su decisión ha sido motivada por no haberse recuperado físicamente del grave accidente de esquí que sufrió en 2006 (se rompió muchos huesos y todavía necesita la ayuda de unas muletas). Pero si tiramos 3 meses atrás, a mediados de noviembre, encontramos un caso parecido al de Veyrat. Oliver Roellinger decidía cerrar su restaurante, Les Maisons de Bricourt, y renunciar a sus tres estrellas (publicamos un Snack sobre ello). De esta forma Roellinger podía seguir cocinando en otro de sus restaurantes, Chateaux Richeux, pero sin tener que soportar la exigente presión de mantener el triestrellato. Es importante destacar que los franceses Alain Senderens y Joël Robuchon fueron los precursores del retorno de estrellas. En España tenemos el caso de Joan Borràs, cocinero del Hostal Sant Salvador, que el año pasado devolvió su única estrella después de padecer un tumor cerebral.
Marc Veyrat, defensor de la línea de cocina impulsada por Michel Bras y seguida por Andoni Luis Aduriz, argumenta que cierra ya que «físicamente no me queda otro remedio» y que dentro de unos meses reconsiderará si vuelve a los fogones. De momento, lo único que sabemos es que llevaba tiempo preparando la apertura de un restaurante ecológico en la localidad de Manigod, a 1.800 metros de altitud, e incluso otro en Europa Oriental.
A François Simon, el polémico crítico gastronómico francés, no le tiembla el pulso al asegurar que el único talento de Marc Veyrat es copiar a otros cocineros como Michel Bras (por el tratamiento de las hierbas silvestres), Jacques Maximin (por el clasicismo regional) o Ferran Adrià (por apropiarse de sus técnicas de gastronomía molecular).
Diga lo que diga Simon, echaremos de memos una mesa como la de Marc Veyrat, el cocinero del inconfundible sombrero negro, en el panorama gastronómico internacional.