Comerse Andalucía en once bocados de alta cocina en pleno corazón de Sevilla es posible gracias a la reciente apertura de Leartá, uno de los restaurantes que más está dando que hablar en la capital andaluza en 2024. En apenas unas semanas desde que abrió sus puertas ya ha conseguido atraer las miradas de las figuras más relevantes del sector y aquí vamos a contar por qué.
Leartá ha sido creado por un grupo de cuatro amigos con amplia experiencia en la alta cocina, donde buscan ofrecer una experiencia distintiva y de calidad. Los fundadores son Manu Lachica y Rita Llanes, ambos cocineros con un enfoque en reinterpretar la cocina sevillana con toques contemporáneos, Eliel Varela, sumiller, y Rosana de la Cruz, especializada en repostería. Juntos, han logrado crear un espacio que combina tradición y modernidad en un espacio reducido, elegante y fino pensado para la tranquilidad, pues sólo aloja cinco mesas.
En Leartá, el menú degustación se despliega como una sinfonía de sabores andaluces, meticulosamente orquestados por los jefes de cocina, quienes han tejido su experiencia en templos estrellados como Culler de Pau**, Bagá*, Lasarte*** o Tohqa* en cada bocado que ofrecen.
Al más puro estilo de Bagá* (Jaén), el menú degustación de Leartá, compuesto de once pases a un precio de 70 euros, exhibe una combinación magistral de apenas dos o tres ingredientes por plato. Esta selección revela una complejidad y una elegancia inusitadas en la ciudad que trascienden su engañosa simplicidad, ofreciendo una experiencia gastronómica tan refinada como meticulosamente elaborada.

Cada plato en Leartá redefine la tendencia de la proximidad; la domina con maestría, argumentando cada elección con la frescura y el carácter único de sus proveedores. La dualidad del paisaje andaluz, entre montaña y mar, también impregna el menú, ofreciendo no solo un eco de su geografía en varios de sus pases, donde se combinan sabores de la tierra y el mar.
El arranque del paseo gastronómico por el territorio con un entrante de altramuces y aceitunas encapsula la esencia de Sevilla y es toda una declaración de intenciones. Sigue un salpicón de regañás con hierbas que aporta frescura y textura crujiente y, a medida que avanza el menú, se destacan creaciones como el tomate con manteca colorá servido junto a un mollete impecablemente elaborado, un tributo a Isla Cristina con “pellejitos” de atún, pepino y salsa verde, y el bacalao con caracoles, que resalta los sabores primaverales de los bares sevillanos.

Otros platos, como el guiso de girasoles con oveja, transportan a los comensales a un idílico campo andaluz, ofreciendo un sabor suave pero profundamente rico, en muchas ocasiones potenciado por el toque marino que se le imprime a muchos de ellos.
Las técnicas refinadas, adquiridas en restaurantes de tronío, se aplican aquí para elevar los humildes ingredientes a alturas gastronómicas sorprendentes, logrando un equilibrio entre la innovación y la autenticidad. Este menú no es solo una comida; es un viaje por la geografía y la cultura andaluzas, contado a través de sus sabores, colores y texturas.
El sumiller Eliel Varela maneja la bodega de Leartá con un enfoque en vinos andaluces, destacando opciones locales que complementan de manera exquisita la cocina del restaurante. La selección incluye desde vinos generosos tradicionales hasta etiquetas contemporáneas, haciendo énfasis en la calidad y la singularidad. La capacidad de Varela para maridar estos vinos con los platos del menú resalta su pericia y profundiza la experiencia gastronómica del comensal con algunas bebidas sin alcohol de elaboración propia y el café de especialidad al terminar.
Llegando a la parte dulce, Rosana de la Cruz, la responsable de la repostería, trae una frescura innovadora a los postres. Sus creaciones son elegantes y modernas, sorprendiendo con propuestas como el apio con lías o el anís con membrillo que ofrecen un final moderadamente dulce, perfecto para la experiencia de degustación. Su habilidad para combinar texturas y sabores convierte cada postre en una pequeña obra de arte comestible.

El local de Leartá es un reflejo directo de su cocina: un espacio reducido y cuidadosamente preparado donde la modernidad se encuentra con la calidez andaluza. Diseñado para albergar sólo cinco mesas, el ambiente promueve una experiencia exclusiva y tranquila. Detalles como iluminación suave y mobiliario minimalista pero elegante complementan la atmósfera íntima, creando un escenario perfecto donde los sabores complejos y la alta gastronomía son los verdaderos protagonistas.
En resumidas cuentas, Leartá se estrena como un imprescindible de la alta cocina en Sevilla, donde cada plato es una carta de amor a Andalucía, tanto en ingredientes como en inspiración. La selección de vinos del sumiller y los innovadores postres suman capas adicionales de deleite, redondeando un menú que es tanto un homenaje a la tradición como una audaz afirmación de modernidad.