Reproducimos el artículo publicado hoy por Cristina Jolonch en La Vanguardia.

Jordi Vilà, chef del Alkimia, no se conforma con el éxito de sus platillos en el restaurante Vivanda, de cuya cocina tomó las riendas hace unos meses. La terraza del establecimiento de Sarrià en el que se inició como cocinero hace más de una década, ha triunfado en el tórrido verano barcelonés. Pero no tenía bastante y ha asumido un nuevo reto: convertirse en el primer chef estrellado español que apuesta por las pizzas.
Saltimbocca (Loreto, 22-26), que abrirá el próximo martes, y el restaurante Dopo, situado justo al lado, que lo hará semanas más tarde, están en el mismo espacio que durante unos meses regentó Fabián Martín, quien abrió con éxito la pizzería pero no llegó a inaugurar el restaurante contiguo. Cuando el reconocido pizzero de Llívia optó por separarse de sus socios barceloneses, estos decidieron que el local, que había sido equipado como pizzería, volviera a funcionar como tal. El siguiente paso fue fichar como socio a uno de los más reconocidos chefs catalanes de vanguardia.
Vilà ya está listo para dar el toque de salida a Margaritas, Cuatro Quesos y hasta pizza Tropical – eso sí, con la mejor piña del mercado-,variedades clásicas que compaginará con otras más personales. Habrá pizza mallorquina, a base de sobrasada, higos, raspadura de naranja y menta; de berenjena, escalibada, salmón marinado y mascarpone; de piquillos con presa ibérica o calzonede capipota,todas ellas sobre una masa fina y crujiente. «En Alkimia hace tiempo que elaboramos nuestro pan y hemos aprovechado esa experiencia para trabajar las masas. No pretendo ser supercreativo sino aplicar otras lógicas y hacerlo con criterio y ética».
En el Saltimbocca se podrá elegir entre diferentes pizzas, que costarán entre 9 y 15 euros. En el Dopo también habrá pasta y platos reinterpretados de la cocina italiana. La idea es que éste local pase inadvertido, por lo que no habrá cartel que lo anuncie y por lo menos al principio, será necesario tener contactos para hacerse con el teléfono, para ir formando una clientela de gente afín.
Lo primero que hizo Vilà cuando aceptó el reto fue llamar a su amigo Guillem Vicens, uno de los más expertos jefes de sala de Barcelona, en quien ha confiado la dirección de ambos locales. Para poner en marcha el Saltimbocca y el Doppo – igual que cuando se asoció con el dueño del Vivanda para ocuparse de su cocina-,ha ampliado el equipo de su restaurante donde ha preparado al personal que ha ido destinando a cada local. Pero el Alkimia sigue siendo su auténtica pasión: «Hay que construir e ir creciendo para poder tener allí la máxima libertad creativa y seguir disfrutando como hasta ahora», afirma.