La chef Iolanda Bustos, al frente de La Calèndula (Regencós-Girona) anunciaba hace unos días que dejaba el restaurante para dedicarse a nuevos proyectos.

Iolanda Bustos y su marido abrieron hace once años La Calèndula en Girona para trasladarla seis años después a Regencós (municipio gerundés situado en la comparca del Empordà). Una trayectoria que, aún sin estar exenta de dificultades, supieron labrar con éxito. Sin embargo, a pesar de ello, la chef se despedía de este proyecto -siempre vinculado al territorio y lo vegetal- con estas palabras, «ha sido un proyecto muy bonito en el que hemos trabajado muchísimo, que nos ha dado muchas alegrías y que ha ido madurando hasta ahora… Pero en la vida hay nuevos caminos, hay nuevas oportunidades y yo soy muy somiatruites y siempre tengo proyectos en la cabeza y siento que ha llegado el momento de liberar La Caléndula y que vuele sola…».
Desde sus redes sociales y a través de la página web del restaurante -desde donde ha realizado el comunicado-, la chef agradecía no solo el trabajo de su equipo sino también la cálida acogida de sus clientes y aseguraba dejar el proyecto bien aposentado, «sano, con vida y en pleno florecimiento». A su vez añadía, que sus proyectos e ideas necesitaban «de otros espacios», y de «tiempo para desarrollarse». «Tengo muchas ganas de recuperar todas esas cosas que antes hacía de manera libre y que trabajando en el restaurante me costaba atender», apuntaba.
En el directo publicado en instagram después del vídeo de despedida Iolanda Bustos estuvo respondiendo a las preguntas de sus seguidores. En este encuentro, la chef aseguró que el contrato que tenía con el hotel le impedía acabar proyectos que había empezado como un libro de flores que publicará en breve. «Hace diez años que no publico nada con mi nombre… y tengo muchas cosas empezadas que, después, con los horarios del restaurante, no han podido ver la luz. Por eso, he decidido escoger otro camino… a veces, es necesario parar, ver qué camino coges y ver qué preparado estás para seguir. La Calèndula seguirá en manos maravillosas y el equipo que ha venido es increíble. Estoy muy agradecida por traer La Calèndula a este espacio donde luce y ha podido crecer».
La chef también habló de la necesidad de tener la libertad necesaria para poder llevar a cabo proyectos con los que «disfruta» y afirmó que, entre ellos, seguirá visibilizando el papel de la mujer en la cocina. «Vi sufrir a mi madre en la cocina y las mujeres no deben sufrir en la cocina. Me entristece que no haya más mujeres en la cocina y uno de mis retos ha sido que el equipo sea equitativo. Seguiré trabajando en ello -es vicepresidenta de la Asociación de Mujeres en la Gastronomía- aunque no tenga restaurante. Y ahora más que nunca. Es momento de romper los techos».
Iolanda explicó que su objetivo como cocinera ha sido, es y será «conectar la persona con la naturaleza, con el paisaje, que la gente sepa a qué sabe el Empordà. Para mí, el restaurante es más que un negocio».
Y tras la insistencia sobre el por qué de dejar La Calèndula, añadió «dejo el restaurante pero no a vosotros. Las cosas que me gustan hacer no tienen cabida y no son las mismas que las de la propiedad y cuando pones en común los valores de unos y otros, lo mejor es escucharte, mirar en tu interior… tengo la sensación de que he llegado a la meta y debo hacer otras cosas».
A raíz de un comentario sobre su cava de sauco y cerveza de flores de uno de sus seguidores, Bustos afirmó que, además del libro -del que ya tiene un contrato con una editorial- le encantaría «tener un taller propio donde compartir este uso de la naturaleza que seguiré haciendo».
La persona que la sustituirá será Salvador Casaseca con cuarenta años de experiencia, cuatro en La Caléndula.
Su último servicio será el 27 de septiembre.
Le deseamos mucha suerte. La seguiremos allá donde vaya.