La chef y activista política brasileña Bel Coelho ha participado este martes en Gastronomika Live para vislumbrar un “escenario caótico en el país”. Coelho ha relatado como “la inacción política y el negacionismo de Bolsonaro” hace que “no sepamos nunca cuándo va acabar esta crisis, y poco a poco va subiendo el número de muertos y contagiados” (a fecha de martes, 19, Brasil es el tercer país en número de personas contagiadas, con 257.000). Pero la chef no solo culpa al presidente de los efectos de la pandemia, también y principalmente “de querer acabar con las pequeñas comunidades productoras del país en beneficio de los grandes empresas productoras de algodón o soja”.
Coelho ha denunciado “el fin del Amazonas y de la biodiversidad del país” si sigue Bolsonaro en el cargo, por lo que ha apelado a la lucha global por su destitución. “El Amazonas es el pulmón del mundo y la acción de este señor es un atentado contra todos”. La chef lleva años luchando por una producción más sana y justa para los campesinos, “que llevaría a la conservación del patrimonio culinario y astronómico del país. Los indígenas viven, trabajan y dejan los bosques en pie, no así las grandes empresas. Los indígenas son actores fundamentales en la preservación de nuestros ecosistemas. Y este señor los quiere eliminar”.
En ello anda Coelho, famosa en Brasil por el trabajo de recuperación de productos nativos y en riesgo de extinción para evitar que dejen de cultivarse o en la puesta en valor de la cultura brasileña de la espiritualidad y los ritos ancestrales. En este sentido, ha aprovechado para explicar dos de sus menús más importantes que ha servido en su restaurante Clandestino, en Sao Paulo, restaurante que abre una o dos veces al mes y solo para cenas inspiradas en la cultura brasileña.
De la tierra y su cultura, al restaurante
Uno de los menús está basado en los ecosistemas de Brasil. Mediante viajes ha radiografiado los diferentes biomas -de similares características de clima, vegetación y aspecto- con los que cuenta el país. Ha catalogado seis: Amazonia, Mata Atlántica, Pampas, Caatinga, Cerrado y Pantanal, y losplasma mediante platos en un menú. Así, además, Coelho ayuda “a la creación de cadenas productivas de alimentos genuinamente brasileños y a fortalecer el mantenimiento natural de los bosques agroecológicos, de los poblados indígenas y las quilombolas, los verdaderos guardianes de nuestros bosques”.
El otro menú apuntado es el que plasma la iconografía de la religión afro-brasileña candomblé, “fundamental para la identidad espiritual, cultural y gastronómica de Brasil”. El candomblé es una religión politeísta y rica en mitología, y rinde culto a sus símbolos, los dioses Orixás, cada uno con su propia personalidad, color, danza, música e ingredientes específicos”, casi todos ellos de origen brasileño.
Coelho se ha despedido incidiendo en la importancia de consumir local. “He creado un postre a base de 13 frutas nativas de todo Brasil para que la gente sepa lo que tenemos. No es lógico que compremos frutas que vienen de fuera teniendo las que tenemos aquí”.