La lista ya la conocen de sobra. De las nuevas estrellas Michelin se ha hablado con profusión a lo largo de esta semana, desde que en la noche del martes, en la ya habitual gala de presentación de la Guía celebrada en Valencia, se anunciaran todas las novedades de este año. Que son muchas, pero insuficientes y desconcertantes. Porque no se dejen engañar por las cifras. Nos venden que hay, en España, 32 nuevas estrellas. Sería un gran dato si no fuera porque se pierden 26. Así que el balance definitivo nos dice que en la edición 2022 de la Guía Roja tenemos tan sólo seis estrellas más que en la de 2021.
En cualquier caso, estos números nos hablan de una importante renovación que se extiende por todo el territorio nacional. Catorce comunidades logran nuevas estrellas. Tan sólo Aragón, Murcia y Navarra quedan fuera del reparto. Las más beneficiadas, la Comunidad Valenciana (seis nuevas estrellas, pero cinco bajas) y sobre todo Castilla y León y las islas Baleares, que aumentan en tres.
Curioso también que una guía que no daba galardones hasta que los restaurantes estuvieran bien asentados haya entrado en una dinámica de inmediatez que le hace conceder directamente dos estrellas a un sitio inaugurado hace apenas cinco meses como Smoked Room o a otro abierto este mismo año como Nublo en Haro. No está muy claro que sea una buena idea.
Lo que ha caracterizado a Michelin a lo largo de la historia es la solidez en sus decisiones. Importantes restaurantes tuvieron que esperar mucho tiempo para ser reconocidos. Y eso era un valor añadido. Tal vez la aparición de otras listas y guías estén llevando a los inspectores a una cierta precipitación. Ya veremos. La guía da para otras muchas reflexiones, pero no caben más en este espacio.