Hasta el culo Tour (2)

Alpujarra Blues

El sol quema la película que corre en cámara lenta más allá del parabrisas, convirtiendo los desnudos montes de la provincia de Granada en un paisaje velado, tembloroso, alucinado. Busco una cierta realidad en el muslo de mi chica, que hace rato ya no habla extasiada con la desolación panorámica que nos rodea. “¡El país de la sed!”, lloraba el capitán Haddock en una aventura sahariana de Tintín, y esa imagen del marino borrachín en mitad del desierto me seca la boca de golpe.

Hasta el culo Tour (2) 0
George Thorogood en acción

Quizás es tiempo de parar para celebrar una Alhambra Reserva 1925, aunque no vislumbro neones amigos en el cansino horizonte… “I drink alone, yeah, with nobody else”. Es el viejo George Thorogood sacando chispas de su Gibson 125, animándome a tomarme la justicia líquida por mi mano. “Every morning just before breakfast, I don’t want no coffee or tea, just me and good buddy Wiser, that’s all I ever need…” ¡Joder! Recuerdo cuando Carlos Segarra, con Los Rebeldes, me tocaba esta canción, mirándome desde el escenario. Eran los tiempos del primer Bikini, cuando la noche era rock and roll, barra libre sin preguntas y polvos extraños con mujeres oscuras. Hace unos meses lo vi, a Carlos, en Barna, en el Hard Rock Café, para un showcase íntimo. ¿Queréis creer que acabó tocando con tres cuerdas? Sí, se había olvidado las de recambio. Hay cosas que nunca cambian…

“You know, when I drink alone, I prefer to be by myself”. Blues salvaje desde Delaware, donde, para asombro internacional, ganó hace poco las primarias al senado de Estados Unidos Christine O’Donnell, una especie de monstruo premoderno cuya foto ya deben tener al lado del crucifijo los Ratzinger, los Rouco Varela… La muy ignorante quiere prohibir la masturbación (algo, por otro lado, que por lo menos hasta hace pocos años estaba prohibido en algunos estados USA). No es raro encontrar a gentuza de esta calaña en aquel país tan extenso. Ted Nugent, el legendario guitarrista de Detroit que hizo campaña para Bush con raro entusiasmo –incluso le compuso un tema, chequéalo en youtube-, triunfó con Stranglehold, uno de los mejores hard rock de la historia, OK, pero con un mensaje pavoroso: “te voy a estrangular, y si encuentra tu casa por el camino la voy a quemar, nena”. ¡Uf!

Suponiendo Al Jatib

Hasta el culo Tour (2) 1
Cuevas Al Jatib, Hospedería Troglodita

La salida de Baza es una promesa en mitad de la calenturienta autopista, la oportunidad de acabar con esa sed infinita que no calma ni el Winston presuroso. Es por casualidad que veo la señal: Cuevas Al Jatib, Hospedería Troglodita y Restaurante. Fuerte, ¿no? Poco a poco, salimos del núcleo de Baza y nos adentramos en otro mundo. Un mundo de calor estático, de polvo inmóvil, de perfilada hiperrealidad. Allí, en medio de este espejismo de tierra y azul, flotan las cuevas blancas y refulgentes. Las primeras cervezas no logran alejar la sensación de confín, ni la ensalada, ni la berenjena rellena, ni el pincho moruno que prepara con parsimonia una jovencísima y solitaria árabe en la gran cocina subterránea. Todo, en el interior de la cueva, resuena quietud. Afuera, la terraza con vistas a la nada, salpicando sol y cal, augura largas tardes de té y porros en un silencio abrumador que sólo rompen las nerviosas carreras de los escorpiones, que se han adueñado definitivamente del rincón más soleado.

“Don’t bogart that joint, my friend, pass it over to me…”