Ando buscando la serenidad y la estridencia.
Ando buscando la armonía y la ruptura.
Ando buscando que me avasallen y me respeten.
Ando buscando la enjundia y la sutileza.
Ando buscando la confianza y el riesgo.
Ando buscando lo que fué y lo que aún no es.
¡Para! buscón, sabes que lo encontrarás.
Gusto del trato afable de personas preocupadas y ocupadas.
Gusto de sabores que me seduzcan y me hablen de mí.
Gusto de que me cuenten y canten los platos.
Gusto de comer como dios sin ser ni creer.
Gusto de beber el manso del inmenso blanco.
Gusto de menús que me rompan y me recompongan.
No cojas disgusto, sabes que te complacerás.
Cuántas veces no nos damos cuenta de lo extraordinario.
Cuántas veces nos alejamos de lo que es tan cercano.
Cuántas veces nos olvidamos de lo que nos es tan reconocible.
Cuántas veces no disfrutamos de los placeres del entorno inmediato.
Cuántas veces nos atemoriza conocer lo que está por encima.
Cuántas veces despreciamos lo nuestro.
Ni una vez más, sabes que te pararás.
Hay un lugar donde las paredes son de blanco cortijero.
Hay un lugar donde las palmeras son cuatro en el patio uno.
Hay un lugar donde los jardines son francos y andalusíes.
Hay un lugar en cuyo horizonte se reconoce Andalucía.
Hay un lugar cuya luna es morisca.
Hay un lugar donde construyes tu fantasía.
Ven hasta él, sabes dónde está.
Quiero contaros este lugar cuántas veces buscado, esta Alquería donde dos estrellas fueron a caer, este todo de gusto lleno: redondo, gustoso, rotundo y gozoso.
Míralo, ahí está, libre, pasmado al alcance, historia viva a la espera de tu querer, al abrir de tus sentidos al disfrute completo. Del antes al recibir, del durante al degustar y del jardín del después al beber y conversar sin propósito, sin casi querer; deseo satisfecho, sentimiento en armonía, desequilibrio de la embriaguez.
Y sonrío, en la noche, en la Hacienda Benazuza.
(Gracias Dani & Rafas y también a ti mi añorado R. Mondavi 88).
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