Sin gluten ni polifosfatos, desde luego. Pero esto ya lo sabíamos… Hablamos de Negrini. La legendaria marca de embutidos italiana, sin embargo, va más allá en este jamón de lujo. Tocado elegantemente de trufa blanca, aromas envolventes, sabor oníricamente boscoso, su textura es de sutil suavidad no exenta, sin embargo, de la necesaria sensación cárnica. Un “york” de alta gama que debería ser de prescripción facultativa.
Y la Mortadella ibérica Negrini – Carrasco Guijuelo…
Los dioses los crían y ellos se juntan. Verdad de la buena. Nicoletta Negrini, de la legendaria marca italiana, y Atanasio y Francisco Carrasco, emblemáticos de Guijuelo, coincidieron un día ante un plato de la afamada mortadella italiana y… ¿Y si la hacemos con cerdo ibérico? Vaya tres… Se pusieron, y el resultado, en tirada muy corta (1.000 sobres) y numerada, surgió de la elaboradora italiana. ¿Cuáles son las diferencias? En la vista, la ibérica es de color un poco más subido (atención, en este mortadella y en todas las Negrini la parte rosda no es una emulsión, sino un finísimo picado técnica “maison”), y en el aroma y el bocado, a pesar de las muchas similitudes, la “Carrasco” es más intensa, más fuerte, como le corresponde al ibérico. En resumen, una mortadella que, si bien envuelve de las mismas especias, resulta al final más “cárnica”. Un producto, claro, muy singular. Nota: no contiene ningún tipo de marranada.
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