Ayer se presentó un gran libro sobre El Bulli. Lo hizo Narcís Serra, Presidente de Caixa de Catalunya, la entidad que lo ha esponsorizado. Es un libro largamente esperado: Comida para pensar; pensar sobre el comer. Como, luego pienso. Y viceversa. La consecuencia reflexionada, escrita y fotografiada de uno de los hitos de la gastronomía contemporánea, a saber, la presencia como artista invitado de Ferran Adrià en Dokumenta 12.

Pero no es un libro «de» El Bulli. No. Es un libro «sobre» El Bulli. Sus autores, Richard Hamilton, uno de los popes del pop art (cliente de El Bulli desde 1963, cuando acudió por primera vez con Marcel Duchamp), y Vicent Todolí, director de la Tate Modern de Londres. ¿Y Ferran? ¿Y Juli? Sólo la materia donde aquellas dos personalidades se han inspirado para pensar en las complejas y alambicadas relaciones entre la gastronomía y el arte, «turning point» desvelado en la citada Dokumenta. En esa obra indispensable para cualquier espectador inquieto del siglo XXI han estado, además, mi viejo amigo Damián, Marta Arzak, Cristina Giménez y Josep Maria Pinto. Todo lujo. «A diferencia de cualquier otro libro de cocina, éste es para leer», me apunta Pinto mientras fumamos junto a la Pedrera.
Es un libro de libros. Están todas las opiniones (polisémicas) de aquellos que visitaron El Bulli durante Dokumenta -recordemos que Cala Montjoi fue el pabellón G de la feria, donde, aleatoriamente, fueron invitados algunos de los visitantes del certamen de Kassel-; están las ideas al respecto de algunos de los más notorios artistas contemporáneos; está una síntesis de los platos bullinianos que han cambiado el mundo; está la historia conceptual de El Bulli desde dentro como nunca antes fue explicada.
Ese momento mágico, cuando el mundo internacional del arte se rindió a El Bulli, contado por sus protagonistas más anónimos y por lo más notables. Una reflexión transversal que nos lleva de Oppenheimer a Baudrillard. Del «disco blanco» de los Beatles -obra de Hamilton- a la caricatura de Adrià dibujada por Matt «Simpsons» Groenig -, la portada del libro. De Ferran y Juli al infinito.
Esta noche empiezo un «indoor» nonstop con su lectura.
