La Semana Santa es una celebración tradicional, religiosa y anual que conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Durante siete días se organizan procesiones, representaciones, manifestaciones de fe, penitencias, tamborradas y misas, entre otros ritos. Fue declarada Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en 2017 y cada pueblo festeja estos días según sus costumbres. Su expresión cultural está tan arraigada que existen celebraciones declaradas de interés turístico.
Es el caso, por ejemplo, de Málaga, Sevilla, Granada, Zamora, Valladolid, Cuenca, Zaragoza o Toledo, declaradas de interés turístico internacional. O las conocidas como la marinera de Valencia, la de Jerez de la Frontera, la Pasión viviente de Castro Urdiales o los Picaos de San Vicente de la Sonriera, declaradas interés turístico nacional.

La gastronomía es uno de los aspectos relevantes durante la Semana Santa ya que es tradicional la elaboración de platos típicos que pueden variar en función de la región.
El potaje de vigilia, las torrijas, los buñuelos de Cuaresma (o de viento), el potaje de garbanzos con bacalao, el arroz con leche, el hornazo, la mona de Pascua o las rosquillas forman parte de este patrimonio cultural culinario.
Torrijas
Es un postre típico que se prepara a partir de pan empapado en leche y huevo, que se fríe y se espolvorea con azúcar y canela. Es muy típica de la zona de Castilla y León donde se preparan con rebanadas de pan duro, que se remojan en leche o vino con azúcar y canela. Pueden acompañarse con miel, almíbar o chocolate.
En Aranda del Duero se organiza la ruta de la limonada y la torrija desde el año pasado. En este caso, la limonada no se refiere a la conocida bebida elaborada con agua y limón sino a una mezcla de vino tinto y rosado de la D.O. Ribera del Duero, al que se le añade azúcar, cáscara de limón troceada y canela. Se consume, fresca, después de dos días de maceración. Suele tomarse acompañando a la torrija.
El origen de las torrijas se cree que se sitúa en la época romana, cuando los soldados romanos lo tomaban como alimento energético y nutritivo para aguantar las largas jornadas de guerra.
Dado que esta receta utiliza pan duro, se apunta a que, posiblemente, su nacimiento se debiera a la necesidad de
reaprovechar las sobras.
La popularidad de esta receta la convierte en protagonista de jornadas y certámenes, como por ejemplo el que se organiza cada año en Castilla y León. Los pasados 25, 26 y 27 de marzo, se celebró el Concurso Nacional de Torrijas de León en Astorga, una iniciativa de la Academia de Gastronomía Leonesa que cumple este año su octava edición. El ganador fue Aritza Gabiria, de la carnicería Gabiria (Getxo), por segundo año consecutivo, en la categoría de Torrija Tradicional. Dentro de la categoría de Torrija Innovador ganó José Ignacio Colinas de la vallisoletana Pastelería Xokoreto. En Torrija Salada, Juan Carlos Jiménez, de Restaurante Azul Mediterráneo de Valladolid y en Torrija Truvia, Jose Antonio García, de Cervecería Lamar (Coslada).

Las torrijas es un plato que se puede servir caliente o frío. He aquí una de las recetas.
(Ingredientes)
1 barra de pan del día anterior (preferiblemente de unos 2 días)
1 l de leche
200 g de azúcar
Piel de limón
3 huevos
Aceite de oliva suave
Canela en polvo
*Cortar el pan en rebanadas de unos 2 cm de grosor.
*Calentar la leche con la piel del limón y 100 g de azúcar en una cacerola. Llevar la mezcla a ebullición y luego retirarla del fuego. Remojar las rebanadas de pan en la leche con cuidado de que no se rompan. Empapar bien por ambos lados.
*Batir los huevos. Pasar cada rebanada de pan por los huevos batidos.
*Calentar el aceite de oliva a fuego medio en una sartén. Freír las rebanadas de pan hasta que estén doradas. Escurrir el exceso de aceite sobre papel de cocina.
*Mezclar el resto del azúcar con un poco de canela en polvo y espolvorear la mezcla sobre las torrijas.
Potaje de vigilia
Es un guiso típico elaborado con ingredientes que respetan las restricciones alimentarias de la Cuaresma cuando el consumo de carne se sustituye por el pescado. Se prepara con garbanzos, espinacas, bacalao, cebolla, ajo y pimiento. Suelen servirse los viernes de Cuaresma.
Se cuenta que su historia se remonta a la época medieval, cuando la Iglesia Católica estableció la abstinencia de carne durante la Cuaresma como un acto de penitencia y reflexión. Durante esta época, la población tuvo que buscar alternativas y es así como nacieron éste y otros platos basados en el empleo de pescado y legumbres.

Es un plato que se sirve caliente, es muy nutritivo y completo. Esta es su receta tradicional:
(Ingredientes)
400 g de garbanzos
250 g de espinacas
250 g de bacalao desalado
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 pimiento verde
1 tomate maduro
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Comino
Pimentón dulce
*Remojar los garbanzos durante 12 horas antes de cocinarlos. Cocerlos en una olla con agua y sal durante al menos una hora y media, hasta que estén tiernos. Se recomienda no emplear sal durante la primera media hora de cocción para evitar que la legumbre quede dura.
*Lavar y cortar las espinacas en tiras finas y cocer en agua con sal durante unos 10 minutos. Escurrir y reservar.
*Sofreír la cebolla, el ajo, el pimiento y el tomate picados en aceite de oliva hasta que estén tiernos.
*Desmigar el bacalao y añadirlo a la sartén con las verduras. Cocinar durante unos 10 minutos más. Añadir las especias (comino y pimentón) a la sartén y mezclar. Incorporar las espinacas a la sartén y mezclar todo bien. Agregar los garbanzos cocidos y mezclar todo bien.
*Rectificar de sal si es necesario y dejar cocinar todo junto durante unos 5-10 minutos para que se mezclen los sabores.
Potaje de garbanzos con bacalao
Es una variante del potaje de vigilia, pero con patatas. El guiso lleva, además del tubérculo, garbanzos, bacalao, zanahoria, espinacas, cebolla, ajo y pimentón. Al igual que el potaje de vigilia, la receta se remonta a la época en la que la Iglesia Católica prohibió el consumo de carne durante 40 días. Es un plato popular, principalmente, en el sur.
Muchas recetas de esta época se apoyan en pescados, legumbres, verduras y mariscos como alternativa a la carne.

Es un plato completo y nutritivo que se puede servir caliente en un plato hondo acompañado de pan.
(Ingredientes)
500 g de garbanzos
300 g de bacalao desalado
300 g de espinacas frescas
2 patatas
1 cebolla
3 dientes de ajo
1 cucharada de pimentón dulce
Aceite de oliva
Sal y pimienta
*Poner los garbanzos en remojo la noche anterior en agua fría con una pizca de sal. Al día siguiente, escurrir los garbanzos y ponerlos en una olla grande con agua suficiente para cubrirlos. Añadir una cebolla cortada en cuartos y un diente de ajo. Cocinar a fuego medio durante 1-2 horas o hasta que los garbanzos estén tiernos.
*Pelar y cortar las patatas en cubos y cocinarlas en una olla con agua hasta que estén tiernas. Escurrir y reservar.
*Calentar un poco de aceite de oliva y añadir la cebolla picada y los dos dientes de ajo picados en otra olla. Sofreír durante unos minutos hasta que estén dorados. Añadir el pimentón y remover bien. Agregar las espinacas lavadas y cortadas y remover hasta que se hayan marchitado.
*Desmenuzar el bacalao en trozos pequeños y añadirlo a la olla con las espinacas. Remover bien y cocinar durante unos minutos.
*Añadir las patatas y los garbanzos cocidos a la olla con el bacalao y las espinacas. Mezclar todo bien y cocinar a fuego medio durante unos minutos para que todos los ingredientes se integren. Rectificar la sazón con sal y pimienta al gusto.
Bacalao al pil pil
El bacalao es un producto muy común en las recetas de Semana Santa de España. Dos de ellas en este artículo: el potaje de vigilia y el de garbanzos.
La receta de bacalao al pil pil es un plato tradicional del País Vasco que consiste en cocinar el bacalao con aceite de oliva y ajos, y mover el recipiente hasta que se forme una salsa espesa. Otras preparaciones populares con bacalao para estos días son la tortilla, los buñuelos o las croquetas.
El bacalao en salazón ha sido un producto muy popular gracias a su larga y fácil conservación, con lo que podemos encontrarlo como protagonista en multitud de recetas. Actualmente, en la mayoría de elaboraciones se emplea el bacalao fresco ya que las salazones son menos habituales en los hogares. En este caso, hemos escogido esta conocida receta para los días de Semana Santa. El plato se sirve caliente, acompañado de unos trozos de pan para mojar en la salsa.

(ingredientes)
4 lomos de bacalao desalado
1/2 litro de aceite de oliva virgen extra
6 dientes de ajo
1 guindilla (opcional)
Sal
*Colocar los lomos de bacalao en una cazuela y cubrirlas con aceite de oliva. Llevar a ebullición y dejar cocinar a fuego medio durante unos 5-10 minutos, hasta que el bacalao esté tierno. Retirar los lomos de bacalao y reserva el aceite de la cocción.
*Calentar el aceite de la cocción a fuego medio en una sartén.
*Pelar los ajos y cortarlos en láminas. Agregar los ajos a la sartén. También se puede añadir la guindilla entera. Sofreír durante unos minutos hasta que los ajos estén dorados. Retirar la guindilla de la sartén y bajar el fuego.
*Con una cuchara de madera, comenzar a mover el aceite en la sartén de forma circular, creando una emulsión. Seguir moviendo el aceite de forma constante y lenta hasta que comience a espesar y adquiera una textura cremosa. Este proceso puede tardar unos 10-15 minutos. Una vez que la salsa pil pil ha espesado, colocar los lomos de bacalao en la sartén con la piel hacia abajo. Asegurarse de que estén bien cubiertos con la salsa. Cocinar a fuego medio durante unos 2-3 minutos hasta que los lomos de bacalao estén bien calientes y cubiertos con la salsa pil pil.
Hornazo
Es una empanada tradicional rellena de jamón, lomo, chorizo y huevo. Es típica en varios lugares del país, muy popular en Salamanca, y se suele consumir en la merienda del Lunes de Pascua. No obstante, es habitual encontrarlo rellenos solo de huevo y acompañados de habas, queso o bacalao.
Se cree que su origen se remonta a la Edad Media, cuando los cristianos que trabajaban en el campo llevaban este tipo de empanadas rellenas, por lo que se considera una comida de labriegos y campesinos.
(Ingredientes)
500 g de harina
250 ml de agua tibia
100 ml de aceite de oliva
10 g de sal
300 g de lomo adobado
200 g de chorizo
4 huevos duros
1 huevo para pincelar la superficie
*Mezclar la harina con la sal en un bol. Agregar el aceite y el agua tibia. Amasar hasta obtener una masa suave y elástica. Cubrir con un paño húmedo y dejar reposar durante 30 minutos.
*Precalentar el horno a 180 grados.
*Dividir la masa en dos partes y estirarla con un rodillo. Debe quedar una capa fina y redonda. Colocar una de las capas de masa en una bandeja para horno. Distribuir el lomo adobado, el chorizo y los huevos duros cortados en rodajas sobre la masa. Colocar la otra capa de masa encima del relleno y cerrar los bordes. Hacer algunos agujeros en la parte superior para que salga el vapor durante la cocción. Pintar la superficie con huevo batido y hornear durante unos 40-50 minutos o hasta que esté dorado y crujiente.
Buñuelos de viento
Son pequeñas bolas de masa fritas rellenas de crema, nata o chocolate que se sirven espolvoreadas con azúcar glass.
Se cree que el origen de la receta puede encontrarse en la Antigua Grecia, donde se elaboraban unas preparaciones de harina, miel y queso, conocidos como ‘tiganites’. Se cree que es probable que la receta se extendiera a lo largo del Mediterráneo y llegara a España durante la conquista musulmana, evolucionara y se adaptara a los gustos de cada pueblo. También se apunta a que pudiera ser influencia judía, ya que los sefardíes preparaban unos bollos fritos que se conocían como bimuelos.
Se pueden servir como postre o merienda.

(Ingredientes)
250 ml de agua
100 g de mantequilla
150 g de harina
4 huevos
Una pizca de sal
Aceite de oliva suave para freír
Azúcar glass para decorar
Crema, nata o chocolate para rellenar
*Calentar el agua y la mantequilla, en una olla, hasta que la mantequilla se haya derretido. Añadir la harina y una pizca de sal y mezclar hasta obtener una masa homogénea.
*Retirar la olla del fuego y añadir los cuatro huevos uno a uno, mezclando bien. La masa debe quedar suave y consistente. Dejar reposar durante 10-15 minutos.
*Calentar el aceite de oliva suave en una sartén profunda.
*Con la ayuda de una cuchara, formar pequeñas bolas de masa y freírlas en el aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Escurrir los buñuelos en papel absorbente y dejar enfriar.
*Una vez que los buñuelos estén fríos, rellenarlos con la crema, nata o chocolate elegido. Espolvorear los buñuelos con azúcar glass antes de servir.
Mona de Pascua
Es un postre típico de Cataluña y el levante valenciano, Aragón, Baleares y Murcia.
La receta está documentada desde el siglo XV, cuando los padrinos regalaban a sus ahijados un pan con huevo duro como símbolo de renacimiento, fertilidad y de que la Cuaresma y las restricciones habían acabado. Con el tiempo, este pan fue evolucionando hasta convertirse en el pastel actual. Su nombre provendría de ‘munna’, término árabe que significa «provisión de la boca». En el siglo XIX, se empieza a hacer la mona actual, con una base de bizcocho, mantequilla y chocolate, y adornada con figuras de chocolate, fruta confitada y penachos. En los años 30, de la mano del pastelero Lluís Santapau, se extiende la tradición de modelar grandes figuras de chocolate y las pastelerías exhiben sus creaciones en los escaparates. Con los años, las ventas de figuras de chocolate han superado a las de monas tradicionales con base de bizcocho.
Una de las características más destacadas de la Mona de Pascua es la decoración con figuras de chocolate o azúcar que suelen representar animales, flores, objetos o personajes populares que se colocan en su superficie. Desde huevos de todas medidas y colores hasta leones, elefantes, pingüinos, jirafas o los más tradicionales conejos de Pascua. Un trabajo artístico donde expresan toda su creatividad.

Este año, el Gremi de Pastisseria de Barcelona, junto con la Universitat de Barcelona, han creado la mona MIA, una figura de chocolate que representa una niña científica y que cada año dedicará a una disciplina diferente. El objetivo es promover y divulgar la ciencia y despertar la vocación científica entre los niños. Otra de las novedades que triunfan este año son las figuras que representan a jugadores del Barça.
El Gremi de Pastisseria de Barcelona prevé vender este año más de 700.000 monas artesanas en todo Cataluña. Su presidente, el pastelero Antoni Bellart (Pastelería Triunfo), explica que este año, los precios no se incrementarán a pesar de la subida de los costes. “La mona de Pascua es una pieza artística, fruto de creatividad del pastelero, que dedica horas de trabajo artesano y esto ya se refleja en el precio. Aunque el chocolate de calidad que utilizamos se haya encarecido alrededor de un 17%, no podemos mover precios”.
Una tradición importante relacionada con la Mona de Pascua es que los padrinos regalan este pastel a sus ahijados el Domingo de Pascua. Además, algunos pueblos catalanes celebran concursos de Monas de Pascua, en los que los pasteleros locales compiten por elaborar la más grande o más original.
La elaboración de la Mona de Pascua varía según la zona, pero suele llevar como ingredientes básicos harina, huevo, azúcar, levadura y aceite de oliva. Además, se suelen añadir otros ingredientes como almendra, anís, ron o ralladura de limón para darle sabor.
(Ingredientes)
500 g de harina
3 huevos
125 g de azúcar
75 g de mantequilla
25 g de levadura fresca
Ralladura de un limón
1/2 vaso de leche
Una pizca de sal
Huevos cocidos (opcional)
Azúcar para decorar
*Disolver la levadura fresca en la leche tibia en un bol y agregar una cucharada de azúcar. Mezclar bien y dejar reposar durante unos 10 minutos hasta que la mezcla se vuelva espumosa.
*Mezclar la harina con el azúcar, la ralladura de limón y una pizca de sal en otro bol. Agregar los huevos y la mezcla de levadura. Añadir la mantequilla en pomada y seguir amasando hasta obtener una masa suave y homogénea. Cubrir la masa con un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, hasta que la masa duplique su tamaño.
*Precalentar el horno a 180°C.
*Formar una bola con la masa y hacer un agujero en el centro con el dedo. Se puede colocar huevos cocidos en este agujero. Colocar la mona en una bandeja de horno forrada con papel vegetal y dejarla reposar durante 15 minutos.
*Pintar la mona con huevo batido y decorar con azúcar. Hornear durante unos 30-40 minutos o hasta que la mona esté dorada. Deja enfriar.
Arroz con leche
Es un postre muy común en toda España que se elabora a partir de arroz, leche, canela y azúcar. Se consume todo el año, pero es especialmente popular en Semana Santa, sobre todo en el norte del país. En algunas regiones, como Asturias, se le añade un toque especial con un poco de mantequilla y/o anís. Además, también se suele decorar con azúcar quemada en la superficie para darle un toque crujiente.

Se cree que su origen se remonta a la época medieval, cuando se introdujo el arroz en España.
(Ingredientes)
1 taza de arroz
4 tazas de leche entera
1 taza de azúcar
1 rama de canela
La piel de un limón
Una pizca de sal
*Enjuagar el arroz con agua fría y escurrir.
*Agregar la leche, la canela, la piel de limón y una pizca de sal en una olla grande. Llevar la mezcla a ebullición a fuego medio. Agregar el arroz y reducir el fuego a bajo. Cocinar durante unos 25-30 minutos, revolviendo ocasionalmente para evitar que se pegue.
*Agregar el azúcar y cocinar durante otros 5-10 minutos hasta que el arroz esté tierno y la mezcla tenga una consistencia cremosa.
*Retirar la canela y la piel de limón.
*Servir el arroz con leche en tazones individuales y espolvorear con un poco de canela en polvo.
Y al otro lado del charco…
Empanadas de vigilia: Un plato típico de Argentina. Se elabora con una masa de harina, manteca, agua y sal. Se rellena con atún, cebolla, huevo, pimentón, aceitunas y pasas. Se hornean hasta que la masa esté dorada y crujiente.
Capirotada: Un postre tradicional de México, preparado con pan viejo, pasas, queso rallado, canela y almíbar. Todo se mezcla en una cazuela y se hornea hasta que esté dorado y crujiente. En México también es habitual comer algunas elaboraciones con chocolate como el mole poblano.
Rosca de Pascua: Un pan dulce típico en varios países latinoamericanos que se elabora con harina, huevos, azúcar y otros ingredientes, y se adorna con huevos de colores.
El pescado también está muy presente en las elaboraciones de los países latinoamericanos durante la Semana Santa.