Disfrutar: “Llevamos 25 años trabajando juntos, la clave es hablar claro y tener los pies en el suelo”

Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas reciben el Premio Nacional de Gastronomía a los mejores cocineros en una gala que también distingue la trayectoria de Hilario Arbelaitz

Fui feliz en el trabajo y lo estoy siendo también en el retiro”, decía Hilario Arbelaitz poco antes de subir al escenario del auditorio del Museo Reina Sofía a recoger el Premio Nacional de Gastronomía a ‘Toda una vida’. Tras 52 años al pie del cañón en el añorado Zuberoa, el maestro de la cocina vasca no para de recibir homenajes. “Este es especial”, decía antes de dedicárselo a su madre, que “además de sus recetas, me legó unos valores de trabajo, sacrificio y pasión que yo he tratado de transmitir a todos los cocineros que han pasado por mi casa”. Valores compartidos por el equipo de Disfrutar, Premio Nacional a los mejores Jefes de Cocina, que desde las antípodas del clasicismo de Zuberoa, también quisieron transmitir la idea de que “merece la pena dedicarse a este oficio al que le entregamos tanto”.

Fueron dos de los momentos más emocionantes de una gala que sirvió además para escenificar el relevo en el seno de la Real Academia de Gastronomía, que otorga los galardones desde 1974. Luis Suárez de Lezo tomaba el testigo de Lourdes Planas en la presidencia y lo hizo incidiendo en el “poder transformador de la gastronomía, desde el compromiso y la responsabilidad social, en un escenario plagado de retos, como la inflación, el clima o la lucha contra el desperdicio de alimentos”. También él evocó a sus mayores, en este caso un cumpleaños de su padre en Zalacaín que recuerda vívidamente: “Ahí me di cuenta de que yo iba a ser feliz en los restaurantes”, contó, arrancando una sonrisa al auditorio.

La edición número 49 de los galardones más prestigiosos de la gastronomía patria distinguió además la labor en sala de Sara Fort, la sumillería de Raúl Miguel Revilla, el periodismo vinícola de Amaya Cervera, la investigación de Cordioprev y el talento joven del quesero José Luis Alonso, además de a los mencionados Arbelaitz y Disfrutar. Los barceloneses Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas -en una de las escasas ocasiones en las que se dejan ver los tres juntos en un evento- recogieron el galardón “con el más sincero de los orgullos, somos gente que nos emocionamos rápido”. Acaban de ser nombrados mejor restaurante de Europa y segundo del mundo por la lista 50Best, pero el Premio Nacional tiene algo de reconocimiento a su trayectoria que les hace especial ilusión: “Llevamos 25 años trabajando codo con codo y hemos crecido juntos dentro de la cocina”, decían los miembros de esta familia elegida cuya fórmula del éxito es “hablar claro y mantener los pies en el suelo”.

Marcar estilo en la sala

También se emocionó Sara Fort al recoger por fin -tras 25 años de carrera en los que ha marcado un estilo relajado y menos encorsetado- el premio a la Mejor Directora de Sala. Fundadora junto a su ex pareja de restaurantes como La Broche o Sergi Arola Restaurante, desde 2019 lidera la sala de Paco Roncero, a quien quiso agradecer “que después de tener que cerrar mi propio restaurante me diera la oportunidad de volver a este mundo de la gastronomía, que me apasiona”. Pasión fue probablemente la palabra más repetida en los discursos a lo largo de la ceremonia, junto con las menciones a las personas que inspiraron en los premiados el amor por el oficio. En el caso del sumiller Raúl Miguel Revilla era su mentor en la bodega de Zalacaín, el legendario Custodio Zamarra, quien le entregaba el premio: “Es mi maestro y amigo, el que apostó por mi y me permitió crecer como profesional”.

Me siento afortunada de estar viviendo los años más dinámicos del vino en España, es un placer como periodista tener tanto que contar”, decía Amaya Cervera el recoger el Premio Nacional a la Mejor Comunicación Gastronómica. El galardón a la Investigación e Innovación fue para el proyecto Cordioprev, encabezado por un grupo de cardiólogos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba que han conseguido demostrar las propiedades de una dieta mediterránea rica en aceite de oliva en pacientes que han sufrido un episodio de patología isquémica. Y el premio al Talento Joven fue para el pastor y quesero asturiano José Luis Alonso, que elabora Gamoneu del Puertu en el Parque Nacional de los Picos de Europa. El joven de 28 años dedicó emocionado el premio a su abuelo “que me enseñó a respetar el producto” y aprovechó la ocasión para “animar a los jóvenes a mantener este modo de vida rural” sin en el que no tendríamos algunas de las joyas más valiosas de nuestra gastronomía. 

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