Andrés Torres fue corresponsal de guerra, ha fundado una ONG que gestiona más de 200 comedores sociales en una docena de países y hace unos meses ganó una estrella verde para su restaurante, Casa Nova, en la cuenca del Penedés.
Ahora suma el Basque Culinary World Prize, algo así como el ‘Nobel’ de la gastronomía, “por su intervención desde la cocina en situaciones de crisis a nivel global”.
El premio, fallado durante la reunión del comité internacional del centro educativo que se celebra estos días en Lima por un jurado que preside Joan Roca, ha otorgado también dos premios especiales, a la argentina Gisela Medina y al gaditano Ángel León.
Torres se une así a un palmarés que ha reconocido a lo largo de sus nueve ediciones anteriores a figuras como José Andrés, Leonor Espinosa, Fatmata Binta o Xanty Elías, entre otros.
Todos ellos han trascendido su papel de cocineros y demuestran el poder de la gastronomía para generar cambios positivos en la sociedad.
Comedores escolares y ayuda en zonas de guerra
En el caso de Torres por ser fundador y presidente de la ONG Global Humanitaria, dedicada a luchar por seguridad alimentaria y los derechos de la infancia en diez países.
Además de los 200 comedores escolares que gestiona, realiza intervenciones de emergencia en zonas de guerra o afectadas por catástrofes, facilitando el acceso a agua potable, alimentos, higiene, salud, refugio y educación básica.
Esa labor viene inspirada por su pasado como reportero en zonas de conflicto, donde tomó conciencia de una realidad que ha alcanzado en 2024 su pico desde la Segunda Guerra Mundial.
La combina con su trabajo al frente del restaurante Casa Nova, en el Penedés, un espacio casi autosuficiente donde junto a su socia, pareja y jefa de sala, Sandra Pérez, cultiva sus propias verduras, cría gallinas, caballos, seca pescados o granos de café, hace sus propios ahumados en viejos barriles de vino y elabora compost a partir de sus desperdicios orgánicos.

Parte de los beneficios del negocio van a parar a su ONG, que trabaja actualmente en una escuela refugio que de cobertura a 1.500 niños de Ucrania. Los 100.000 euros de dotación económica de este premio, otorgado por el Gobierno vasco, seguro que dan un empujón al proyecto.
El jurado, presidido por Joan Roca y formado por los miembros del comité internacional del Basque Culinary Center -Gastón Acurio, Pía León, Dominique Crenn, Mauro Colagreco, Elena Reygadas, Narda Lepes o Josh Niland, entre otros- ha valorado “todo ese trabajo que hace desde el punto de vista solidario pero también esa cocina de raíces y de esencia” que pone en práctica en Casa Nova.
Además se han otorgado dos menciones especiales. A la argentina Gisela Medina, que lidera la Red de Cocineros del Iberá, con la que forma y guía a profesionales de la cocina, en su mayoría mujeres, en la localidad de Mburucuyá.
A Ángel León (Aponiente***) se le reconoce su defensa de la biodiversidad y su afán por encontrar nuevas formas de aprovechar los recursos marinos en el plato, desde su trabajo en torno a la zostera -el cereal marino-, el uso del plancton como ingrediente alimentario o el aprovechamiento de pescados de descarte.