“Somiatruites es un proyecto familiar para hacer raíces en Igualada, nuestra ciudad natal, y para intenta recuperar para ella el REC, un barrio industrial abandonado durante muchos años”, contaba meses atrás el cocinero David Andrés en un importante foro gastronómico del país. “Con este objetivo, hace seis años abrimos un formato de restaurante económico, divertido, fresco. Y resulta que conectamos más de lo pensado y los igualadinos se lo hicieron suyo”, manifestaba satisfecho. La satisfacción era tal que habían decidido sumar sinergias ampliando el negocio con habitaciones, proyecto que anunciaban allí también. Hoy, el Hotel del Somiatruites ya es una realidad.
Proyectado por su hermano y arquitecto, Xavier Andrés, y situado justo encima del restaurante, se trata de una apuesta de arquitectura sostenible, basada en el autoabastecimiento que parte de una curtiduría del siglo XIX, y que conjuga el pasado industrial del barrio con los huertos, sus orígenes. Por eso, la cubierta del hotel es un huerto de 400 m2 que corona el edificio, lo aísla térmicamente y provee a la cocina de productos de total proximidad; huevos inclusive, ya que también han instalado en él un gallinero. Las plantaciones se riegan con el agua freática de la zona y los restos de verdura y pan que genera el restaurante sirven de alimento para las gallinas que, a su vez, abonan el huerto. De esta manera, Andrés ha creado un circuito cerrado que genera un residuo cero.
“El Hotel del Somiatruites está en la línea de nuestra cocina: tradicional, coherente, de respeto y sostenible. Trabajamos y pensamos nuevos platos respetando los productos y dándoles nuevos usos, buscando así su aprovechamiento máximo, porque entendemos que es así como más podemos transmitirlos al comensal”, manifiesta el chef. “Este nuevo paso nos da fuerza e ilusión para seguir soñando y creciendo. Por ello, la planta primera del Somiatruites, en la actualidad sin un uso concreto, podría convertirse en un futuro en un restaurante gastronómico con la excusa del huerto”, avanza.
El nuevo alojamiento cuenta con siete habitaciones dobles, todas con baño propio y terraza, pensadas como una sala de estar transformable donde poder desayunar, trabajar o descansar, y ayudará paliar el déficit de plazas hoteleras que tiene la ciudad donde se ubica, a unos 50 kilómetros de Barcelona. El alcalde de Igualada, Marc Castells, acompañó ayer a la familia Andrés en la inauguración oficial del mismo. Maria Àngels Chacón, consejera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat de Catalunya, también estuvo presente en el acto.
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