
No podía ser de otra manera. Si al lado de su Dry Martini había un local libre, Javier debía adquirirlo. Siempre lo ha hecho así. En esta caso, en principio, para ampliar almacén; pero… ¿cómo desaprovechar un espacio al lado mismo de la coctelería y con puerta a la calla sólo con cajas? Al final, claro, venció la pasión, otro de los argumentos profesionales que distinguen a De las Muelas.
Y fue la Dry Martini Academy. ¿Cómo? Pues, mira: entrada por la calle, pero también por dentro, a través de las cocinas y los pasillos que se esconden entre el Dry y el Speakeasy; gran barra “de trabajo” donde tomar copas, sí, pero también realizar cursos de coctelería de todo tipo y objetivo; y mesas para degustar medias raciones y tapas basadas en la carta del Speakasy o, por la noche, ampliación de aquel. Multimedia. Multiusos. Cerveza bien tirada y jamón ibérico al corte. Y cócteles y cócteles. ¿Cuándo vas a poner en carta los cócteles de cerveza, Javier, por cierto?
En definitiva, un espacio más para uso público y privado (los cursos pueden ser tanto para aficionados como para empresas) que se añade a la experiencia Dry global de aquella famosa esquina, que hoy es un poco más grande.