CLEMENTINAS / LANGOSTINOS / ACEITE DE OLIVA / VINAGRE

Aquí va un divertido ejemplo del recetario que hemos realizado desde la Fundación Alícia en colaboración con el ayuntamiento de Alcanar. La idea es echar una mano a los productores de clementinas para dar a conocer su producto: La clementina de Alcanar.
Pero… ¿Qué tienen estas mandarinas que no tengan todas las demás? ¿Son acaso mejores?
Pues mire usted, ni mejores ni peores. Diferentes. Y no solo se diferencian por las características propias del terreno y el clima excepcional que las ha visto crecer, si no por el esmero de unos agricultores que han tenido la visión de apostar todas las cartas por la excelencia. Su temporada se limita a menos de tres meses (noviembre-mediados de enero) y las piezas son seleccionadas en el campo. El objetivo es que ninguna de ellas sea conservada en cámara y que lleguen a los establecimientos en pocas horas desde la recolección. ¡El sueño dorado, vamos!
Ya, eso dicen todos…
Vale tito, si no me crees, pruébalas!
Eso sí, tendremos que esperar a la siguiente temporada pues ya a estas alturas, la clementina de Alcanar, la de calidad, está haciendo las maletas hasta el año que viene.
Vamos con la elaboración. Pasamos 8 mandarinas por la licuadora, una de ellas sin pelar y bien lavada para que nos quede un zumo con cierta densidad y con todo el aroma. Emulsionamos el zumo obtenido con aceite de oliva virgen extra, unas gotas de vinagre de manzana (u otro suave y afrutado) y ponemos a punto de sal y pimienta. Lo servimos con unos daditos de clementina a modo de picatostes y unos langostinos de Les cases d’Alcanar ligereament hervidos en agua bien salada. Y que no se me enfaden los amigos de Vinaròs, que en Alcanar también hay langostinos, ¡carajo!