Las bodas de Andalucía Sabor han sido gitanas, como deben de ser. Tres intensos días de celebraciones múltiples y variadas en los que hemos tocado muy distintos palos de la gastronomía, la culinaria, la cocina y la alimentación. Muchos de los momentos vividos si no se han difuminado ya, se borrarán con el tiempo, así sucede siempre tras atracones y borracherías, pero otros, los más acertados y gloriosos, quedarán para mucho en nuestra retina, memoria, estómago o, incluso, corazón. A ellos, a lo positivo, me quiero referir brevemente. Lo que no lo haya sido tanto, lo mejorable, lo prescindible y demás posibles negatividades que siempre las habrá, lo dejo para otro momento. No desesperen.

A mi entender lo positivo del Congreso ha sido lo siguiente:
- La consagración de La Tapa/El Tapeo como verdad gastronómica e identidad culinaria de Andalucía. Su puesta de largo y el salto a la fama como apuesta pública y la salida al exterior de establecimientos españoles, trampolín del comercio de nuestros productos y negocio próspero de futuro exportable.
- La concelebración de La Cena del Nuevo Descubrimiento en el ruedo de La Maestranza. Un evento de dimensiones astronómicas e importancia grande para la gran cocina que ha pasado más desapercibido de lo que debiera. Reunió en un menú conjunto a Andoni/Mugaritz, Dani/Calima, Quique/Poblet, Joan/Can Roca, Christian/Escribá y Adriás/El Bulli, más nueve aperitivos de otros tantos chef extranjeros de alta talla.
- La concienciación de la existencia de una gastronomía andaluza y la necesidad de reunión, conocimiento y actuación común de todos los que la integran.
- La comunión y conciliación entre Congreso de Cocina y Feria de Alimentación que ha sido mejorada e intensificada, mostrando un buen camino en el que seguir y profundizar en lo venidero.
- La coincidencia con el acto de constitución y presentación pública de la Academia Iberoamericana de Gastronomía y la radicación de su sede permanente en Sevilla como puerta europea de América que siempre fue.
- Las conmemoración y concienciación de la existencia y valía de las actuales culinarias españolas y americanas de la mano de muchos de sus mejores exponentes y la siembra de lazos de relaciones personales de ida y vuelta.
- La concurrencia con el Concurso de Mejor Cocinero Novel de Andalucía y el acicate que para ellos supone compartir protagonismo con los mejores maestros.
- La consumición exitosa de las tapas servidas por Gastromium, La Moneda, Nuria, Becerrita, Poncio, Alcuza, Robles y Abades, como lugar de almuerzo, encuentro y distensión.
- La convivencia y convivialidad de tantas personas concitadas alrededor de lo que Andalucía puede ofrecer, pues si bien más famosas fueron bodas como las de Camacho, Canaá, las de Sangre o Lady Di, yo me apunto a resacas gitanas como ésta pues dejan el buen sabor de boca de nuestra tierra y de nuestro saber, hacer y vivir.
Es decir, muchas buenas conclusiones por las que congratularse y concomerse.