
La Asociación de Cocineros de Aragón (ACA) entregó el pasado domingo 26 de julio sus distinciones anuales, en una cita en la que asistieron un centenar de destacados profesionales de la cocina y representantes de todas las asociaciones de hostelería de Aragón, y en la que Carmelo Bosque fue también destacado como el mejor cocinero de la Comunidad aragonesa.
Los premios se entregaron a personalidades del mundo de la cocina como José Antonio Blasco, «por toda una vida dedicada a la cocina»; Josechu Corella, «por su destacada labor profesional»; Adriana Oliveros, «por su destacada labor en pro de la información gastronómica»; Enrique Ciria y Juan Ramón Sau, «por jóvenes cocineros aragoneses del año». Además a alguna asociación, a Turismo Aragón, «por su destacada labor en pro del turismo y la cultura gastronómica de Aragón», a Aragón Alimentos «por su destacada labor en la promoción de productos de nuestra tierra» y al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Teruel «por la celebración de sus veinticinco aniversario».
Así mismo, la ACA quiso rendir homenaje a título póstumo al reciente fallecido José Luis Domingo, ex director de la Escuela Universitaria de Turismo «por su destacada labor de toda una vida dedicada a la enseñanza y a la información gastronómica».
Por otra parte, el Plan de Gastronomía de Aragón, impulsado por la Consejería de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón, otorgó la distinción de «Mejor Cocinero de Aragón del 2008? al chef y empresario oscense Carmelo Bosque, propietario de la Taberna de Lillas Pastia en Huesca y «La Granada», en Zaragoza. «Este premio significa un reconocimiento al esfuerzo de todo el equipo, que está personificado en mí, pero que por encima de mí está el nombre de Lillas Pastia», comentó Bosque «Reaccioné con mucha alegría y agradenciéndoselo a toda mi familia y al equipo, con el que estoy todos los días; tan importante es la señora de la limpieza, como el metre o como el cocinero», añadió Carmelo Bosque.
El cocinero no se esperaba el premio, pero cree que es un reconocimiento al esfuerzo del día a día. Además, en 1995 consiguió una Estrella Michelín. «Conlleva un esfuerzo de trabajo constante y es gratificante», explicó Carmelo Bosque.
Carmelo Bosque observó que normalmente realizan su labor en silencio. «Si alguna vez nos reconocen nuestro esfuerzo y trabajo, pues mucho mejor, pero nuestro gran logro es la humildad con la que trabajamos día a día».
El restaurante Lillas Pastia incluye en su carta comida típica de Huesca. «Todos los productos que nos ofrece nuestro territorio lo ponemos en valor», indicó el cocinero, para quien su principal objetivo es que todo el mundo que pase por Huesca coma bien. «Nosotros queremos trabajar para y por Huesca, somos un pequeño grano que hacemos feliz al turismo. Somos cultura y somos gastronomía», comentó Carmelo Bosque.
El cocinero opina que los visitantes que llegan a Huesca están muy bien atendidos. «La gente que trabajamos en esto estamos pensando, no en cuanto ganamos, sino en cómo van a comer estos clientes», explicó Bosque.
Las próximas fiestas de San Lorenzo significan un reto para el restaurante y para todo el equipo que trabaja en él. «Nosotros estamos intentando preparar el mejor pollo al Chilindrón», comentó el chef.
Fuente: Diario del alto Aragón