Jordi Roca, también perfumista

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Bajo la marca Roca Perfums, el repostero Jordi Roca lanza Núvol de Llimona, Confit y Trinitario, diseñados para evocar aromas y sabores específicos que se reflejan en sus creaciones dulces. Lo ha hecho en colaboración con El Celler de Can Roca, Rocambolesc y Casa Cacao, tras explorar previamente la relación entre postres y perfumes.

 

Cada frasco encierra una personalidad: Núvol de Llimona es “una fragancia infantil y cítrica evoca recuerdos de la niñez”, define su autor. Inspirado en el postre Nube de Limón -una nube de limón sobre un bizcocho bañado en leche y golosinas con ingredientes como yuzu, bergamota, limón, mantequilla, leche y pan.

 

Confit, pensado para un público femenino, tiene notas de violetas y confituras en un recorrido dulce que mezcla nubes de azúcar y golosinas florales sin resultar empalagoso  La violeta se une a la rosa en una combinación de mandarina, limón, pera y frambuesa “que se entrelazan para crear un perfume delicado y evocador”.

Los aromas de cacao, café y tostados predominan en Trinitario, “un viaje olfativo que evoca el alma amaderada de una caja de cigarros, el ámbar gris seco y la exuberancia del haba tonka”.

Jordi Roca, también perfumista 0
Confit, perfume de Jordi Roca
Labor social

 

Jordi Roca ha desarrollado estos perfumes en colaboración con el perfumista Agustí Vidal, quien ha trabajado con El Celler de Can Roca durante muchos años, y se fabrican en Àuria Perfumes, una cooperativa industrial situada en Igualada que forma parte del grupo Àuria, un conjunto de entidades de la economía social que promueven la inclusión de personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social.

 

El repostero gerundense comenzó a explorar la relación entre repostería y perfumería en 2002 cuando llegaron a El Celler de Can Roca las primeras bergamotas y se planteó cómo comer un aroma en un concepto inédito hasta el momento en la cocina: captar el alma volátil de un perfume. La primera adaptación fue un postre creado por Jordi, inspirado en el perfume Eternity de Calvin Klein. Le siguieron más de 25 versiones comestibles de fragancias como Trésor de Lancôme, Angel de Thierry Mugler o Carolina de Carolina Herrera.

 

Tiempo después, emprendió el camino inverso para acabar lanzando esta línea de perfumes inspirada en sus postres que ahora ve la luz y se pueden comprar en las páginas web de Rocambolesc, Casa Cacao y El Celler de Can Roca, así como en las tiendas físicas de Casa Cacao y la Confitería de Rocambolesc en Girona.