Navarro de nacimiento y alavés de adopción, Fernando Remírez de Ganuza fue uno de los mayores expertos en viñas de toda La Rioja. Un obsesionado por la calidad, cuyo principio fundamental era poner el acento en la edad de la viña y en el pedigrí de la cepa. Ha fallecido a los 73 años en Barcelona, donde recibía tratamiento por un cáncer.
Quienes le conocieron le califican como hombre sensato, voluntarioso, práctico y comprometido, hábil y minucioso, recuerdan desde la bodega que fundó con sus apellidos en 1989 en Samaniego (Rioja alavesa).
Un revolucionario de la elaboración del vino en Rioja, defensor de la idea de que “la calidad excepcional solo se consigue a partir de una selección exigente”. Sin su trabajo no se entendería Rioja en la actualidad, gracias a la transformación que impulsó a finales del siglo XX en la región.
Nacido en una familia dedicada a la producción y venta de embutido, después de terminar el Bachillerato, Fernando estudió para ser delineante, de ahí su afición por diseñar y hacer los planos de todas sus obras. Decía siempre que su mayor aprendizaje venía de estudiar “mundología” desde los 21 años, cuando decidió dejar la escuela de aparejadores en Burgos para montar su propio almacén cárnico en San Sebastián y centrar su actividad en el País Vasco.
En 1978 comienza su relación con el mundo del vino, año en el que comienza a permutar, comprar, arreglar, plantar y vender viñas. Durante los 20 años en los que se dedica a esto realizó 2.700 operaciones de compras, ventas y permutas en Rioja.
Fernando fue el encargado de comprar y acondicionar la finca en la que se construyó Bodegas Torre de Oña, y formó parte del grupo de accionistas que la fundó. Finalmente decidió ir por su cuenta y en 1989 compró la propiedad en la que hoy se ubica Bodegas Remírez de Ganuza.
Cuando empezó su proyecto, no tenía conocimientos de enología y tampoco tenía formación como ingeniero agrónomo, pero conocía a la perfección el terreno y las viñas, el campo y la materia prima.
Con una gran determinación y corriendo muchos riesgos, Fernando decidió emprender su proyecto con un propósito claro: elaborar uno de los mejores vinos de España con las mejores viñas de Rioja.
En este contexto, eligió cuidadosamente algunos de los viñedos que más le gustaban, y estableció la bodega en el centro del pueblo de Samaniego. En una región dominada por las costumbres familiares en torno a la elaboración del vino, su falta de experiencia le obligó a cuestionar cada proceso y le llevó a ser disruptivo. Su obsesión le marcó el camino: hacer el mejor vino posible con las mejores uvas posibles.
La «nueva Rioja»
Desde 1989 los logros de la bodega y sus vinos han venido a dar la razón a este emprendedor al que los profesionales del sector cuentan entre los artífices de la “nueva Rioja”, aunque hoy en día su bodega se considera un ejemplo de la Rioja contemporánea, aunando elementos innovadores y de la tradición vinícola de la zona.
Bodegas Remírez de Ganuza cuenta con ochenta hectáreas de viñedos en las estribaciones de Sierra Cantabria (Rioja alavesa), con cepas que tienen una edad media de 60 años.
En total la bodega elabora diez vinos: Erre Punto (maceración carbónica), Trasnocho, Remírez de Ganuza Gran Reserva, Remírez de Ganuza Reserva, Remírez de Ganuza Blanco Reserva, Remírez de Ganuza Blanco Gran Reserva Olagar, Viña Coqueta, Fincas de Ganuza, María y Iraila, el primer vino de la bodega elaborado con 100% uvas de variedad garnacha.