Un año de rutas y recorridos. Por mercados, por caminos rurales que nos acercan a la vida real, por los productos, por las familias culinarias de una ciudad, o por la realidad de una cocina mostrada a través de fotografías.
Claudia Arias empezó el año proponiendo un recorrido por la riqueza agrícola de Montes de María, en Colombia. Una propuesta que recoge en ‘Montes de María, donde los árboles tienen forma de alcancía’.
Es el principio de un trayecto que nos lleva directamente a los mercados. Puede ser el de San Camilo, en Arequipa, que visitamos de la mano de Ignacio Medina –‘El Mercado de San Camilo muestra la vida, y la cocina, de Arequipa’– o el Mercado de Jamaica, en Ciudad de México, mostrado por Raquel del Castillo: ‘Comida callejera entre las flores del Mercado de Jamaica’.
Antes de salir de las ciudades, adoptamos a Rodolfo Reich como guía en una ruta que sigue el rastro de las cocinas coreanas en Buenos Aires. Dan cuerpo a la corriente culinaria de moda en la ciudad y lo cuenta en ‘Corea en Buenos Aires: tradición y modernidad más allá de los lugares comunes’.
Vuelve Claudia Arias y nos hace de guía en una empresa mucho más ambiciosa: un impresionante y revelador viaje fotográfico por los últimos ciento setenta y cinco años de la cocina colombiana, recogidos y custodiados en el fondo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín: ‘La memoria culinaria de Colombia en imágenes’.
Leandro Vesco muestra la imagen de la ruralidad argentina. Recorre el país, empezando por la descomunal provincia de Buenos Aires, para traernos esas historias pequeñas que abren la puerta a la historia real. Hemos elegido tres piezas. La primera es un retrato de La Noche de los Almacenes, en Roque Pérez –‘El San Fra y La Noche de los Almacenes, Magia en Roque Pérez’-, de donde salta al corazón de La Pampa al encuentro con un sándwich de jamón y queso –‘Las Dos Rutas de La Pampa e cruzan en medio de un sandwich’– y acaba subiendo a Villa Ventana para gozar con la cocina de La Península y el contenido de su ya mítica sopera: ‘La sopera interminable de la Hostería La Península’.
Termina el viaje con una gira de Ignacio Medina por algunas de las cocinas populares que pueblan las calles y los mercados de Mérida –‘Comiendo las cocinas populares de Mérida: El Delfín, La Lupita, Wayn’e, Pancho Maíz…’– y proponiendo un salto a la Chiquitania, en Bolivia, una región mágica donde cree una variedad de almendra, la almendra chiquitana, que puede ser la semilla del cambio: ‘Una almendra para cambiar la Cuiquitania’.
