Una parte del año se nos fue entre tragos. De todos los tipos, servidos en copas con todas las formas posibles, mezclados o agitados, con hielos o sin ellos, coloridos o neutros… Da igual. Todo es posible en el mundo de la nueva y la vieja coctelería y casi todo es deseable. Y además está de moda. Ponga un trago en su vida y dos si es Navidad.
El año empezó con Erin Rose lanzando proclamas y fórmulas, adobados con derroches de conocimiento. Su sección siempre es una fiesta, que cuando falta se extraña. Para empezar el año, la fiesta total: ‘Parranda, Cócteles fáciles para seguir la fiesta’. Negroni, Vesper Martini y Margarita para combinar por litros. Después, fórmulas tratadas con más detenimiento, como hizo con el spritz –‘El arte de spritzear’– o el old fashioned –‘El Old Fashioned y el nacimiento de la coctelería’-, fórmulas y conocimiento en una sola entrega.
Puede se el momento para leer la entrevista Alberto Luchini a Javier de las Muelas, el hombre que marcó la recuperación de la coctelería en Barcelona. ‘Javier de las Muelas, Mezclar 10 ingredientes es una saturación’
Mientras Marina Gianella exploró los vermut de Argentina en ‘Vermut, el nuevo refugio del vino’, Mariana Martínez se concentraba en una producción chilena, Casa Negra, que contaba en ‘Casa Negra, el vermut chileno que nace del bosque que nadie quiere’.
Hay vida más allá del alcohol aunque para muchos no sea tan apasionante. Erin Rose se lo plantea y ofrece sus alternativas en ‘Dos “sin” en las rocas: el crecimiento de las opciones sin alcohol’.
Hicimos alguna incursión en el especial y a menudo espectacular multiverso que conforman los rones. El primero llegó de cuba con un François Monti decidido a desenredar la maraña de los maestros roneros, las empresas estatales y las marcas que nacen de ellas: ‘Patria y Ron: El extraño caso del ron cubano’. Poco después, Claudia Arias presentaba La Hechicera desde Colombia, una nueva marca nacida en Barranquilla, en ‘La Hechicera, el ron que envejece junto al río Magdalena’.
Erin Rose también propuso una mirada a la historia de la coctelería. La primera se concreta alrededor de la figura de Charles H. Baker y su relación con el tequila desemboca en la fórmula de un cóctel: ‘Por mi amante: El amor y la buena vida con Charles H. Baker Jr.’. La segunda habla de las raíces americanas del Campari y por lo tanto del negroni: ‘Las raíces americanas del campari… y del negroni’.