Ahora que la gastronomía apuesta abiertamente por una cocina de origen, de producto y de respeto al pequeño productor, las mujeres rurales reclaman su posición en esta actividad.
Diversas asociaciones españolas de mujeres rurales coinciden en afirmar que este 2021 conlleva varios retos para ellas: las dificultados para conciliar familia con trabajo, la falta de reconocimiento de su papel en el sector agrario, trabas para acceder a formación y empleo, y violencia de género.
Desde la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agro-alimentarias se hace hincapié este 8 de marzo en reivindicar la contribución femenina en la agricultura e insta a las mujeres del campo a hacer valer sus derechos con la participación activa en sociedades y cooperativas. La sociedad en su conjunto ha tomado conciencia de la labor esencial del sector agrario, pero hay que reivindicar aún el importante papel que en él juega la presencia femenina.
Otro de los problemas a los que se enfrenta la mujer rural es la precariedad laboral porque también en este sector el desempleo se ceba más en la población femenina que, además, ha de luchar por unos mejores salarios y condiciones laborales.
La falta de medios y servicios que se vive en el mundo rural también impacta desfavorablemente en las mujeres que, según la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, son las que más sufren la brecha digital, una formación que facilitaría el impulso de sus carreras y negocios, así como asentar población en el ámbito rural. Asimismo, ese dominio digital permitiría a muchas mujeres establecer redes de soporte y ayuda entre ellas, algo de lo que ahora en muchos lugares se carece.
A estas problemáticas se le suman otras, como la falta conciliación laboral, que -según la Federación de la Mujer Rural, demandan de políticas transversales e iniciativas empresariales que incluyan a la mujer en un ámbito a menudo olvidado, el rural.