La Cooperativa Alba y L’Olivera se unen para elaborar las cestas ‘Detalls amb valors’ con fines sociales
A Luís, una persona con discapacidad, no había manera que le salieran las neules, los barquillos, que junto con los cubanos y otras galletas hechas a mano, son seña de identidad del obrador artesano El Rosal. Una y otra vez intentaba dar a los barquillos su tradicional forma. Enfadado, conforme las arrugaba, las iba dejando en un aparte. Pero sus galletas arrugadas no se tiraban, sus compañeros se las comían porque, de hecho, salían tanto o más buenas. A alguien se le ocurrió bañarlas con chocolate y añadirlas al listado de sus productos. Así nacieron los arrugats (arrugados), que se convirtieron en un éxito comercial gracias a un fracaso. Un oxímoron al que se refieren los de la Cooperativa Alba, que da trabajo a personas con riesgo de exclusión social o discapacidad, como los que trabajan en el obrador de El Rosal, en la localidad leridana de Tàrrega.
Cerca de allí, en Vallbona de les Monges, una localidad que toma el nombre del monasterio cisterciense que la acoge, otra cooperativa, L’Olivera, también da trabajo a personas con dificultades. Sus vinos y sus aceites, como las galletas de El Rosal, son de una reconocida calidad.
Pues bien, hace poco la entidad y la empresa se asociaron para poner en marcha un gran proyecto, unos lotes gastronómicos con sus productos y los de otras pequeñas empresas artesanas de zonas próximas, que, además, son muy buenos. Las hierbas aromáticas de Sambucus, los vinagres Badia, los turrones y mieles Alemaby, los quesos de Sant Gil d’Albió, más los exquisitos aceites de L’Olivera y las tradicionales galletas de El Rosal, entre otros.
Estos días, antes de las fiestas, nos llegan noticias de delicadezas de todo tipo. Éstas, los lotes que se llaman Detalls amb valors. Se puede consultar más información sobre esta iniciativa en este enlace.