El cocinero y escritor Xabi Gutiérrez presenta Tiburcio, el tiburón cocinero, un libro destinado al público infantil que se suma al que los hermanos Roca publicaron hace unos meses, Las deliciosas aventuras de los hermanos Roca. Dos títulos que se añaden a otros publicados que exploran la gastronomía con otros ojos.
Xabier Gutiérrez acaba de publicar el libro Tiburcio, el tiburón cocinero, de la mano de Planeta Gastro. Se trata de un recetario destinado al público infantil en el que el tiburón Tiburcio y su mujer, Escuala, enseñan cómo preparar 30 platos con un lenguaje accesible, didáctico y desprovisto del tono ‘infantiloide’ al que algunos libros sucumben. El recetario de Gutiérrez se acompaña de lo que han llamado Pequeideas, una serie de sugerencias, tanto para los padres como para los niños, que invitan a descubrir y explorar algunos ingredientes. Según Xabier Gutiérrez, además de cocinero y escritor, director del departamento de innovación de Arzak desde hace más tres décadas, el libro está dirigido a niños de entre 2 y 12 años y su objetivo es despertar la imaginación y motivación por la cocina, aprender sobre los alimentos y a alimentarse y, sobre todo, a divertirse en los fogones. Todo un reto para un autor que, hasta ahora, solo había publicado libros –de cocina pero también de novela negra- dirigidos al público adulto.
Otra de las recientes novedades en la literatura infantil es Las deliciosas aventuras de los Hermanos Roca (Destino). La publicación parte de la historia de esta familia de cocineros para detallar e ilustrar conceptos técnicos y científicos que afectan a los alimentos y técnicas culinarias. Cada una de las historias concluye en una receta en la que interviene todo lo enumerado. Un libro con una estructura atípica con el que se pretende despertar la curiosidad por el conocimiento, añadiendo consejos e información útil y práctica. Según los Roca este libro les ha llevado a rememorar momentos de su infancia, a compartirlos con su equipo, a cocinar en familia y a curiosear en la ciencia que hay en su cocina del día a día.
En literatura infantil tan importante es el texto como las ilustraciones. En el libro de Xabier Gutiérrez son propias y en el libro de los Roca son de Laura Fernández Arquisola (Laufer).
Júlia Blázquez y Miguel Ángel Rincón, propietarios de la librería infantil barcelonesa La Petita, recomiendan Dame un bocado. Atlas de los sabores del mundo (Aleksandra Mizielinska y Daniel Mizielinski, en Maeva); Atlas de cocina (Genny Gallo, en Vicens Vives); 100 Cosas que saber sobre los alimentos (Mariani Federic , en Usborne); Alimentos, mira dentro (Bone Emily, en Usborne); Los Alimentos, descubro y pego (Brooks Felicity, en Usborne); Conoce por dentro de dónde vienen los alimentos (Bone Emily , en Usborne) y Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo (Teresa Beneítez García, en Deguria). Un descubrimiento, a raíz de este artículo, es la editorial de Reino Unido, Usborne.
Ana Garralón, Premio Nacional de Fomento a la Lectura 2016 y una de las mayores especialistas en libro infantil de nuestro país, nos referencia cuatro de sus preferidos: Amarillo limón al Sol. Manual para cocinar con niños (Eloise Alemany, en Periplo); Diez gotitas de azahar. Leyendas de recetas accidentadas (Melina Barrera, en Periplo); Julia, Child (Kyo Maclear, en Periplo) y Buñuelos de huracán (Pep Bruno, en A Buen Paso).
Micaela Chirif, reconocida escritora especializada en libros para niños con una trayectoria que acumula varios premios, además de referenciar los de Periplo, cita la editorial Amanuta “tienen algunos libros sobre ingredientes, alimentos americanos…”. A final de año, la autora peruana publicará un nuevo libro en el que explorará el sabor y del que todavía está pendiente título definitivo.
Escribir para los niños, la asignatura pendiente de la gastronomía
El mercado editorial especializado en literatura infantil no deja de crecer desde hace años según los datos facilitados por el Gremio de Editores de España. Sin embargo, en la especialización gastronómica todavía queda un largo camino que recorrer. “Es un segmento editorial apenas inexistente”, indica Ana Garralón, “desde los años 80 del siglo pasado la edición se ha alimentado mucho de traducciones”.
Por su lado, Micaela Chirif destaca que lo que más hay son recetarios, “pero fuera de eso, hay muy poco” y añade, “Hacer un libro para niños puede ser algo muy bonito de hacer. De repente, colaboras con gente que hace cosas distintas a las que tú haces, y haces un trabajo en el cual varias especialidades se ponen al servicio del libro para que salga bien. Un escritor, un ilustrador, un cocinero en el caso de los recetarios, un editor… y entonces con lo que cada uno sabe se hace un producto conjunto”.
Un trabajo enriquecedor pero que no tiene un público fácil. No todo vale. Garralón defiende que se necesita una historia que sorprenda, despierte la curiosidad, ofrezca datos, pero a su vez, se aleje de lo didáctico y lo ‘sano’. Para Micaela, adecuar el tono al lector define la buena literatura. “Mucha literatura infantil mala parte de una infravaloración de los niños como si no pudieran entender, como si hubiera que hablarles de una manera muy ñoña, muy aniñada en un mal sentido. Así que creo que el primer ingrediente para un buen libro es el respeto por su público”. Y añade que el humor y un buen enfoque son también importantes. “Cualquier tema puede ser superinteresante o superaburrido, dependiendo del enfoque, de la perspectiva o desde lo afrontes”.