Me gusta el vino y bebo vino... ¿¡Qué pasa!?

Recientemente he leído en los medios los últimos datos de consumo per cápita en España, la verdad es que son un poco desoladores, ¡¡estamos muy mal!! Días más tarde, en algunos medios, leo la persecución al consumo de alcohol en los jóvenes ilustrado con imágenes de jóvenes bebiendo solo vino en un clásico botellón. El resultado de todo esto, entre otros factores, es la caída y caída del consumo. Yo defiendo el consumo moderado de alcohol, pero reivindico un poco más de tacto en incorporar el vino a la masacre social de los problemas de accidentes, comportamientos incívicos y sociales.

Creo que estamos atravesando un desierto sistemático en la manera en que afrontamos el mercado del vino en este país. Los bodegueros, como buenos empresarios, están más por la labor de salvar las ventas en la exportación, que en realizar acciones para favorecer el consumo interno. ¿A caso damos la batalla por perdida?.

Me gustaría aportar algunas ideas, para entre otras cosas, mirar de entender este embudo en el que nos encontramos. Actualmente tenemos más tiendas de vinos que nunca, se están mejorando los lineales de los supermercados en cuanto a su oferta de vinos, la venta por Internet crece (como mínimo en páginas web que venden por la red), y el numero de marcas no cesa de crecer. Hasta aquí los ingredientes del embudo. Siendo la oferta amplia y en muchos canales, la captación de clientes (por no decir bebedores), mayor y mejor, los resultados son otros: caída de la venta de vinos en hostelería, no se venden vinos por encima de 20€ con asiduidad en las tiendas y la venta de vinos por copas es un desastre por el servicio y conservación que les damos a las botellas abiertas. ¡¡Hay que INNOVAR!!

Por suerte, en las recientes visitas a tiendas, restaurantes y vinotecas he visto un ligero cambio, esperanzador, aunque creo que no suficiente. Hace falta más especialización, definir muy bien tu oferta, segmentar bien la propuesta de vinos y adaptarse al cliente que quieres tener, aquello que los cocineros saben personalizar y adecuar tan bien en sus restaurantes.

La otra noche visitaba un restaurante cuya especialidad es un nuevo concepto que trata de unificar la filosofía de las tapas españolas con las tapas de la gastronomía asiática, estaba lleno pese a ser lunes, pero lo que más me sorprendió fue que todos los clientes tomaban vino tinto. Contra gustos no hay nada escrito, aunque si tengo que decir que nosotros, que maridamos la cena con cava, nos bebimos dos botellas, no por “borrachos”, sino por lo bien que iba con la comida que servía este local.

INNOVAR es defender desde la cocina el mundo del vino, es vender y llevar vino a casa GRATIS si es necesario, es potenciar los vinos de calidad en medias botellas (0.375cl), es dejar participar activamente al vino en televisión, es potenciar el consumo moderado y los beneficios del mismo consumo para la salud.

Siempre he tenido la idea de sentirme anfitrión con mis amigos para que prueben muchos vinos, siempre diferentes, e intentar que quieran ver en mí a su sumiller de cabecera, para así incentivar el consumo basado en el descubrimiento, encontrando los momentos para cada vino, que los hay, sin duda. Por ello a mí me gusta el vino y bebo vino ¿¡Y qué pasa!?