El Alto Douro y su Oporto
Tenía una gran ilusión en visitar los viñedos del Douro, concretamente la zona llamada “Alto Corgo”, entre las poblaciones de Regua y Tua, considerada como la más bella del Douro. Preparé el corto viaje, sólo cinco días, con las ganas de conocer la región, visitar Quinta do Noval y probar su famosísimo Oporto Vintage Nacional, el equivalente en Oporto a lo que es la Romanée Conti en la Borgoña o el Château Petrus en Burdeos.
A la hora de escoger un hotel preferí que estuviese al lado del río Douro y de la Quinta Romaneria, un Relais & Châteaux a precio de promoción en octubre me pareció una buena elección. Acierto pleno porque resultó ser un magnifico hotel. El azar hizo que, además de estar cerca, era casi la misma propiedad. Quinta do Noval pertenece al grupo asegurador AXA y Romaneria fue adquirida por socios de esta empresa, aunque desde hace poco Thierry Teyssier es el único propietario. Romaneria es también famosa por la calidad de sus vinos y también por la elaboración de un aceite sensacional, eso sí, a precio de Grand Cru.
Un poco de historia del vino de Oporto
Se dice que Dios creo la Tierra y el hombre el Douro. Solo hay que ver las riberas de este río, talladas en altas gradas formando terrazas.
Oporto significa río de oro, y es una de las regiones más pobres de Portugal. Su geografía es tan accidentada que a veces ni las mulas pueden acceder. Suelo áspero y duro, formado por una capa superior de roca de 10 centímetros y otra de esquisto debajo, se trata de una roca sedimentaria parecida a la pizarra, tierras solo aptas para la plantación de vid y olivos. Las temperaturas son muy frías en invierno y el calor muy intenso en verano.
La región vinícola del Alto Douro era ya conocida por sus vinos desde el siglo III, pero hasta el siglo XVI solo eran bebidos en Portugal. En 1678, a raíz del embargo del gobierno inglés, se buscó una solución con Francia para pasar al vino galo. Unos comerciantes de Liverpool adoptaron la técnica del Monasterio de Lamego, a base de adición de alcohol, que empleaban para su conservación y transporte.
El éxito en Inglaterra fue total e hizo que se establecieran en el Douro bodegas de origen británico, lo que significó que durante el siglo XVII y los primeros años del XVIII el vino de Oporto tuviera su mayor esplendor, aunque ello acarreó un monopolio inglés sobre la producción. Nombres como Taylor, Graham´s, Sandeman, Dows o Forrester dan idea del grado de implicación de las empresas inglesas en el vino de esta región, hasta que el Marqués de Pombal fundó la Compañía Geral da Agricultura das Vinhas do Alto Douro. En 1756, funcionarios de la compañía clasificaron los vinos y se encargaron de fijar los precios del Oporto. Los mejores vinos los destinaban a la exportación, los medianos a Brasil y el resto se quedaban en Portugal. La denominación de origen Douro fue la primera creada en el mundo, por mucho que los húngaros digan lo contrario…
El Oporto es un vino fortificado, es decir, al cual se le añade alcohol de vino para provocar la interrupción de la fermentación, dejando algo de azúcar residual, por lo que el vino aumenta tanto el grado alcohólico –hasta los 20%– como también su sabor dulce. Eso sí, el alcohol ha de ser de esta zona.
Se elabora en lagares de granito de forma cuadrada o rectangular, con capacidad entre 5.000 y 10.000 litros, aunque hay de 20.000. Es indispensable que las uvas sean pisadas con los pies para así obtener mayor extracción de color y aromas. Una vez realizada la fermentación, el vino se coloca en pipas, que es el nombre de las barricas utilizadas, generalmente de 550 litros; no deben ser utilizadas para el Oporto aquellas que sean nuevas, debido al regusto de vainilla que desprende.
Cepas y tipos de vinos portugueses
Las cepas más importantes para la elaboración de los vinos de Oporto son la touriga nacional, la reina de este país, la touriga franca, la tinta roriz, la tinta barroca, la tinta Cao y Sousao. Los tipos de vino que se elaboran como vino de Oporto son generalmente tintos, bajo esta denominación:
- Ruby: vino tinto joven surgido de la mezcla de varios años, con una crianza de 2 o 3 años en barrica.
- Tawny: en inglés, tostado. Son vinos que han permanecido mucho tiempo en barrica vieja y tienen un color marrón. Son mezcla de vinos de varias cosechas que pueden envejecer 40 años o incluso más.
- Colehita: vinos de una sola cosecha con 7 años en madera antes de ser embotellados.
- LBV: son las siglas de Late Bottled Vintage. Son de una sola cosecha y envejece en barrica hasta 6 años.
- Crusted: apenas se elabora, es un Oporto que se obtiene de la mezcla de una selección de vinos vintage de varias añadas. Se embotella joven y durante los dos primeros años produce una costra. Imprescindible decantarlo.
- Vintage: el rey de los Oportos, solo se elabora en los mejores años y se selecciona vid de la denominada zona A, que es la viña de menor altitud respecto al río y de menor rendimiento, o sea, de las mejores parcelas.
Desde Regua a Tua, pasando por Pinhao
Esta zona virgen y salvaje es el corazón del Douro. La UNESCO la ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Es un privilegio visitarla, a ambos lados del río solo se ven viñedos formando unos taludes que se elevan hasta el cielo. Árboles, vegetación y vid y, entre ellas, las Quintas donde se produce el elixir.
El centro del valle es la zona de Pinhao, un pueblo cuyo único atractivo es la estación del ferrocarril. Está bellamente decorada con azulejos que ilustran los paisajes y los trabajos de la viña. El tren bordea el río por su parte norte como si fuera un juguete en medio de la naturaleza. Cubre la línea los Comboios de Portugal, entre Oporto y Pocinho, de más de cuatro horas de duración, atravesando 26 túneles y 30 puentes –dicen que todos proyectados por el ingeniero Eiffel, aunque parece que construidos por él mismo, además del de Oporto, sólo hay 9 más. El viaje en tren en el tramo entre Pinhao hasta Tua es pura delicia. Me gustó el detalle de los residentes que ceden los asientos con vistas al río a los visitantes.
Los sábados de verano circula un convoy turístico, feliz idea de Comboios de Portugal, a base de una locomotora histórica a vapor igual a las primeras que circularon. Mi primera visita al río la hice en barca desde el hotel, observé que en el linde de la finca había una palmera, la única en todo el valle, que estaba quemada. Pregunté que había pasado y me explicaron que a raíz de la colocación de la máquina de vapor, al estar las plantas muy secas, las cenizas volátiles del carbón volaron hasta el lugar donde había la palmera, por lo que las vides y los matorrales empezaron a arder. El tren de emergencia que seguía a este convoy se estropeó y aquello por poco se convierte en el Douro en llamas. Suerte de la aviación y de que el subministro de agua estaba muy cerca.
Quinta da Romaneira
O sonho mirou-se na agua do rio et viose Romaneira. Así oí definir esta Quinta a un portugués. Quinta es una palabra portuguesa que significa hacienda o propiedad rural. La finca tiene 400 hectáreas, de las cuales 76 son viñedo, y una longitud sobre el río que oscila desde unas pequeñas edificaciones hasta la palmera que he citado antes. Tiene solamente 19 habitaciones repartidas en dos Quintas ya existentes, alejadas entre si un kilómetro que se pueden recorrer andando, en bicicleta o bien en un cochecito eléctrico como los de golf.
Tiene dos piscinas, una cubierta junto al gimnasio y la otra al aire libre junto al acantilado que separa la finca del río. Nunca me había bañado en un lugar tan impresionante, a 40º de temperatura en pleno octubre no es cualquier cosa. En el hotel no hay ni radios, ni televisores, ni música estruendosa, nada que perturbe la paz… hay cursos de cocina, salas de estar con libros, colecciones de collares antiguos, libros de arte, salas de té, billar y una hasta una para elaborar chocolate. También tiene su sala de cata donde probamos los vinos que elaboran en la finca.
Buena cocina en general, sobresaliendo los platos de pescado, sus comidas están casi todas reservadas para los huéspedes. No existe comedor, comes cada día en un sitio, sea en la terraza sobre el río, en la sala de música o en cualquier otro lugar que te pueda gustar. Aunque parezca que nos encontremos en un hotel de lujo, no lo es, es simplemente una experiencia diferente, de estancia en un alojamiento rodeado de olivos, viñas y vinos.
Recientemente Quinta da Romaneira ha construido una bodega en la parte más alta de la finca, junto a la carretera de Cotas. Es una gran bodega, muy bien diseñada, que cuenta con las más modernas instalaciones. Todos los vinos que catamos, a excepción del blanco, provienen de la finca. Aquí relaciono los más interesantes:
-
Quinta da Romaneria Vintage Port Vino Blanco Quinta da Romaneria Douro DOC 2009:
compuesto por las variedades de malvasía fina (70%) y Verdelho (30%). Proviene de una finca denominada Quinta da Pulga, situada a 450 metros de altitud. Agradables notas cítricas olfativas, limón, frutos secos, almendras y avellanas. Buena acidez y un paso en boca limpio y brillante. Ideal para pescados.
- Quinta da Romaneria Reserva 2008 Douro DOC: proveniente de la selección de uvas Touriga Nacional (50%), Touriga Franca (40%) y tinto Cao (10%), en viñas de 25 años de edad. Se fermenta en cubas de acero inoxidable y envejece en barricas de roble francés. Tiene un color cereza oscuro, ofrece aromas de zarzamora, pudín de ciruelas rojas e higos. En boca es carnoso, denso y potente, con un gran final. Mejorará hasta el año 2018. Ha obtenido el premio como Mejor Vino Portugués en Prova da Feira “Essencia do vino”, celebrada en marzo de 2011.
- Quinta da Romaneria Vintage Port 2008: sin duda la joya de la corona de Romaneira. Se compone de uvas Touriga Nacional (60%), Touriga Franca (30%) y Tinto Cao (10%). Es pisado a pie en los lagares de la bodega, tal como debe ser. Se embotella en barricas usadas de 640 litros y con una graduación alcohólica del 19,1%. Tiene un bellísimo color púrpura y un aroma a frutos rojos e higos. Es elegante en boca, con taninos finos y suaves y un largo final. Las revistas Wine – A essencia do vinho y Revista do Vinhos lo han calificado con 18/20 puntos y Wine Espectador con 92/100 puntos.
Y llegamos a Quinta do Noval.
Viernes día 14, era el día más esperado del viaje. Llegamos puntualmente a la cita que muy amablemente nos había concertado su distribuidor en España, Primeras Marcas. El acceso a la finca era espectacular, con una larga entrada de unos 300 metros cubierta de vides que daba la sensación de estar bajo un palio frutal. Nos recibieron Rute y Liliana, al cabo de poco tiempo llega Antonio Agrellos, director técnico de Quinta do Noval, graduado en enología por la Universidad de Burdeos y arquitecto.
Quinta do Noval fue fundada en 1715 y desde su inicio fue uno de los primeros exportadores del vino de Oporto de calidad. Está situado en la orilla del río Pinhao, y muy cerca de su desembocadura al Douro. Hablar de Quinta do Noval, es hablar de un productor que no solo produce grandes vinos de Oporto, sino que elabora sin duda el más prestigioso y caro, hablamos claro del Porto Vintage Nacional.
Antonio Jose Da Silva compró la propiedad en 1894, después del paso de la filoxera entre 1880 y 1890. Encontró una pequeña parcela dentro de la finca, de muy poca producción, que resistió al ataque de la plaga y consiguió que las vides autóctonas vivieran. El nombre de Nacional proviene que estas vides, no más de 6.000 cepas originales, se cultivan injertando directamente sus raíces en la nación.
La superficie es tan sólo de 2 ½ hectáreas y vale la pena contemplarlas porque las terrazas forman un anfiteatro de viñas, es difícil de entender cómo ha sido posible realizarlo. Las vides Nacional parecen menos enérgicas, sus troncos son más pequeños, con menos hojas y de un color más claro. El suelo es pizarroso, alto en potasio y nitratos. Sus uvas son pequeñas, su piel gruesa y son las últimas en ser recolectadas, para así obtener una mayor madurez.
Su vino más famoso es el del 1931, dicen que aún está joven. Otras grandísimas joyas a destacar han sido 1963 (5.700€ la botella) y 1994 (2.500€). Son dificilísimas de encontrar y desde 1931 solo se han elaborado en 32 añadas, destacando además las de 1947, 1955, 1967, 1970, 1977, 1985, 1991, 1997, 2000 y 2003. En Quinta do Noval nos pasamos el día recorriendo las vides, terrazas y anfiteatros, para después catar sus grandes vinos, sobre todo Tawny y Vintage. Pasamos después al comedor, donde comimos productos autóctonos y no faltó el bacalao, rematando la comida con un excelente Queixo Serra de Estrela, el cual acompañaba –es un decir– dos Quintas do Noval Vintage Nacional de las añadas 1967 y 1994.
- Quinta do Noval Port Nacional 1967: simplemente maravilloso. Concentrado, rico, intenso, fresco y aún joven. Notas de especies y frutos rojos maduros. Tiene unos taninos finos y delicados. En boca es muy sabroso y tiene un final que parece eterno. Esta era la última botella que quedaba en la Quinta y fue un placer poder degustarla.
- Quinta do Noval Port Vintage 1994: probablemente el mejor Nacional desde 1963. De color rubí casi manchado, es asombrosamente fresco, tiene unas notas de zarzamora, ciruela y frambuesa. Es limpio en el paladar, con una buena acidez y una estructura increíble. Es denso y fino, está para madurar al menos 50 años más y, en boca, al final del día todavía me quedaba su sabor. Una joya.
Me despedí de la Quinta pensando que todo aquello no era real y me acordé de un texto de Thierry Teyssier que acaba diciendo:
“Porque o sonho, vive-se”
¡Ese día sí que viví un sueño!
SOBRE LA FIRMA
Lluís Ariza Soler
Aparejador municipal de Cerdanyola del Vallès, ha compaginado trabajos en el ramo de la construcción con sus grandes aficiones gastronómicas y enológicas. Desde 1975 ha recorrido miles de kilómetros para visitar los grandes templos de la gastronomía en Europa, especialmente en Bélgica, Italia, España y, sobretodo, Francia. A partir de 1992 y a raíz de un viaje a Burdeos, su pasión por el vino se acentúa. “Volví a nacer”, explica Ariza sobre ese momento de su vida. Ha visitado algunos de los mejores chateaux bordeleses, grandes crus borgoñeses, entre ellos el Domain de la Romanée Conti. Ha participado como jurado en varios concursos para la elección del mejor sumiller tanto en Catalunya, como en España o Andorra y también es asiduo participante de las múltiples catas y actos relacionados con el vino que se celebran en Barcelona. Sus textos, amenos y didácticos, tienen especial interés en la historia, el terreno y sus cualidades, el bouquet y el maridaje.