La apuesta por la D.O. Ribera del Duero de la Familia Torres en 2003, con la bodega Pago del Cielo, en Campo de Peñafiel (Valladolid), sigue fiel a su buque insignia: su tinto Celeste.
La bodega Pago del Cielo, nacida en 2003, se ubica en Fompedraza, localidad vecina del Campo de Peñafiel (Valladolid). Su situación geográfica, en la D.O. Ribera del Duero, junto con la localización de sus viñedos, a 895 metros sobre el nivel del mar, da lugar a unos vinos singulares. “Esta altitud suaviza los efectos del severo clima continental, con lo que favorece unas temperaturas nocturnas frescas durante todo el año –incluso en verano-. De hecho, se puede llegar a alcanzar hasta los 20 grados de diferencia en un mismo día. Gracias a estas características climáticas, la uva dispone de una mayor capacidad de retener y amplificar sus notas varietales y acidez durante el proceso de maduración”, explica el enólogo Juan Ramón García.
Desde su creación, la bodega ha intentado que sus vinos sean fieles embajadores de la tierra en la que nacen y que marquen un estilo propio, singular, con matices modernos. “Los mejores vinos no esconden secretos: son un fiel reflejo del lugar del que proceden. Por tanto, su excelencia es consecuencia de la singularidad de su origen. Y Fompedraza, la localidad donde se asienta Pago del Cielo, es un lugar excepcional”, afirma García. E insiste: “Es un sitio privilegiado para la actividad vinícola, enmarcado en un paisaje de suave relieve, con páramos rodeados por valles encajonados, donde los vientos de la montaña acunan a los racimos y las uvas maduran beneficiándose del amplio contraste térmico entre el día y la noche”.
Actualmente la bodega elabora Celeste Crianza –cuya añada 2016 recibió 93 puntos del crítico estadounidense James Suckling-, Celeste Roble y Celeste Reserva, todos con tinta fina (tempranillo). “El crianza es opulento y brillante, como el cielo sobre los viñedos de la Ribera del Duero. Es un tinto generoso en expresión frutal, con cuerpo voluminoso y firme estructura. Fue el primer vino de la bodega. A él se añadieron los tintos Celeste Roble y Celeste Reserva más tarde. En la elaboración de nuestros vinos es importante tanto la tradición como el compromiso con el trabajo, la pasión y el conocimiento técnico”, señala el enólogo.
El perfil de toda la gama Celeste facilita que las posibilidades de maridaje sean amplias e incluso que pueda tomarse sin mesa de por medio, solo para disfrutar entre amigos a media tarde o antes de cenar; sin más.