Entre la semana que se nos fue y la que entra, el vino vive su momento de gloria en España. La Barcelona Wine Week, que se ha convertido en la gran referencia vinícola del vino español, y Madrid Fusion The Wine Edition que cada año mejora con propuestas variadas dentro del congreso gastronómico. De ser un acompañante sin más, va alcanzando su propia personalidad. La mezcla de entretenimiento, divulgación y profundización dentro de una feria que aúna catas promocionadas con propuestas de todo pelaje. La apuesta de este año han sido los sumilleres junto a los habituales Masters of Wine, como hilos conductores.
El vino está representado en diversos espacios. Bodegas y actividades dentro de las casetas de la planta baja o la zona acotada para el vino en la planta superior. Dentro de la programación propia comparten lugar desde catas verticales, otras temáticas, búsqueda de identidad de cada pago buscando una amplia selección de profesionales como asistentes.
La parte gastronómica de Madrid Fusión siempre fue una apuesta por la vanguardia y por la innovación frente a la parte líquida que abre puertas con una temática mucho más amplia: catas, la sumillería, la viticultura, enología, la distribución, faltando propuestas rompedoras. El negocio como meta final en un concepto mucho más anglosajón que ibérico donde se mezcla la gente profesional con apasionadas y apasionados, curiosos y prensa entre los asistentes.
En el auditorio principal
Comenzó la primera jornada con Ferrán Centelles y Carlos Casillas (Barro), en un recorrido enogastronómico por la Ruta de la Plata. Le siguió el MW Álvaro Ribalta hablando sobre el mercado del vino español en Londres. Maridajes nórdicos, el té… para terminar el día con Mohamed Benabdallah, sumiller de Etxebarri, con una cata de 8 vinos con y sin sulfitos catados por parejas. Los vinos naturales y sus contradicciones, la no intervención, que es una manera de intervenir, o relacionar vinos naturales con sulfitos. Terminó Agustín Trapero sobre la forma de catar a ciegas como un top sumiller y su técnica de aproximarse a los vinos.
Una gran y merecida noticia, es el Premio Tierra de Sabor a la bodega más sostenible que ha ido a parar a la alicantina Casa Agrícola con Pepe Mendoza al frente.
El martes incluyó una mesa redonda sobre el presente y futuro de los vinos naturales. Continuó con una cata de André Mack, sumiller de The French Laundry y director de vinos de Per Se con ¿qué está pasando en el mundo del vino americano? Siguió Pizza frita y vinos italianos con Franco Pepe y el sumiller David Guarino. La cata de los vinos españoles que se venden en la Place de Bordeaux (excepto Matallana) tan esperada por los asistentes dejó un poso agridulce.
Un hito sin precedentes que debió ser un momento de júbilo no hizo más que demostrar por qué Francia e Italia nos sacan una ventaja insalvable. Una fiesta que se prometía feliz no alcanzó esa cima porque siempre nos empeñamos en mostrar más aquello que nos separa a lo que nos aproxima. Presentes con sus vinos Telmo Rodríguez (Ijar), Marcos Yllera (Vivaltus), Francisco Hurtado de Amézaga (Tapias, de Marqués de Riscal), Víctor Urrutia (Real de Asúa Carromaza, de CVNE), Benjamín Romeo (Alba de Contador), Fernando Rodríguez (Dolio, de Algueira) junto a Willy Pérez y Ramiro Ibáñez con el único blanco y del Marco del jerez (San Cayetano, De la Riva), se cataron todos los vinos con la MW Almudena Alberca como maestra de ceremonias. Se explicó el funcionamiento del mercado con la apertura a vinos foráneos y la experiencia de cada productor. Diferentes propuestas que abren una puerta extraordinaria hacia el mundo. La jornada finalizó con las etiquetas y sus secretos.
El miércoles abrió las hostilidades Pedro Ballesteros MW con esa provocación al sector que constituye su “50+50+50” lo que es lo mismo: 50 bodegas con 50.000 botellas a más de 50 euros de precio de venta. Estaban presentes tres de los productores que cumplen los requisitos, dos de ellos con más de un vino. Guillermo Aranzábal hijo (La Rioja Alta), José Ramón Urtasun (Remírez de Ganuza) y Pablo Álvarez (Vega-Sicilia). Un modelo de negocio basado en vinos que alcancen una cantidad mínima para hacer ruido y llegar a un mercado globalizado del lujo.
Continuó con la mesa redonda sobre un tema capital como la Creación de Valor, en la que participaron el ex CEO de Estates&Wines de LVMH, Xavier Ybargüengoitia, autor del premiado libro «Creación de valor en la industria vitivinícola», junto a Xandra Falcó, del Círculo Fortuny y Antonio Sorgato, de Toro Albalá. El Premio Juli Soler al talento joven ha recaído este año en seis jóvenes profesionales del vino: José María Borrella (sumiller en Martín Berasategui), Carlota Iglesias (sumiller en Restaurante Cabanas), Pablo González (sumiller en La Caníbal), Álvaro Loza (viticultor en Bodega Álvaro Loza), Manuel Méndez (viticultor de Bodegas Gerardo Méndez) y Clara Puigvert (sumiller en Les Cols). Pilar Cavero concluyó el congreso junto a taberneros de La Caníbal o La Tana en una cata desenfadada con tapas que terminó con la actuación del grupo de “rap enológico” A StateOfMind. Un buen colofón con Alberto Luchini como presentador en todas las actividades.
La sala de catas
En la sala de catas, se inició la manifestación con una cata sobre la diversidad de los vinos de Tenerife, a través de sus listanes. Seguida por la propuesta de la familia Fernández Rivera (de la mítica Pesquera) con su blanco de la bodega manchega El Vínculo que responde al acrónimo Alejairén (Alejandro y airén). Viña vieja en una vertical desde su estreno en 2007 hasta la última en aparecer en el mercado de 2022. El paraje La Golosa para un vino de guarda con Lucía Pascual y Rodrigo Pons, los responsables técnicos de la bodega. Muy diferentes los primeros de los últimos. Los tiempos están cambiando: menos madera. ¿La airén envejece bien?
Jaime Suárez, director técnico de Dominio de Atauta, nos mostró una colección descomunal de pagos de la añada 2017. Viñedos viejísimos, en altura con una personalidad arrolladora. Añada cálida donde los viñedos más frescos exprimen sus mejores cualidades. Dentro de un nivel increíble, La Mala es el vino que más me impactó. Desde San Juan, La Roza a Llanos del Almendro o la minivertical de Valdegatiles nos encontramos ante una de las grandes bodegas españolas. Un lujo.
Armonías gastronómicas con los vinos de Montilla-Moriles, Lan, La puesta de largo de Marqués de Cáceres,Valtravieso y sus interesantes propuestas, la Familia Torres y su innovación territorial, el túnel de los vinos de Tenerife, otros vinos canarios, la presentación del próximo Vinoble, catas armonizadas de vinos andaluces… Un sinfín de eventos para todos los gustos. Ya queda menos para la próxima edición.
