El dulce Don Papa Rum

Escribo esta despensa al más puro estilo Agulló: sentado en mi terraza con mi inseparable laptop; aislado con Julian Cannonball Adderley gracias a mis Zik; un pour-over de Etiopía, un habano originario del Arboç, como Roser Torras, y un ron asiático. El Don Papa Rum del que os voy a hablar es uno de esos ron premium que llegan con ganas de participar en la imparable revolución que va a tumbar la ginebra. Lo tenía que hacer el vodka. Algún día hablaremos del vodka. Del ron, también.

ron papa

Uno prefiere el ron, por todo lo que conlleva de sabores, dulzores, recuerdos de barricas… Y porque tiene una personalidad y una capacidad combinatoria tremenda con el café y los puros, pero, sobre todo, con los combinados, más allá del inefable Cuba Libre, al que no soy nada aficionado, sea con un ron blanco o con un tremendo añejo.

Don Papa es un ron procedente de Negros, conocida como la «taza de azúcar» en Filipinas. Se trata de una isla de suelo volcánico famosa por producir las cañas de azúcar más dulces del mundo, desde que los colonizadores españoles comenzaron su producción a gran escala a partir de 1850. Luego ya saben, en 1898 cayeron los últimos de Filipinas. Precisamente, Dionisio Magbuelas, conocido como Papa Isio o Don Papa, fue uno de los héroes de la Revolución Filipina, con la que consiguieron una independencia efímera, pues en cuatro años comenzó otro medio siglo de colonización, está vez estadounidense.

Don Papa se elabora en pequeñas partidas y es envejecido durante 7 años en barricas de roble americano a los pies del monte Kanlaon. Luego se mezclan. El resultado es un ron dulzón, con muchos recuerdos de feria, en aroma y sabor: caramelo, toffee y vainilla. Sabe a frutas confitadas, especialmente a pasas al ron, y disculpen el pleonasmo.  Por ello, es muy indicado en coctelería, con ácidos y amargos que matizarán su excesivo dulzor.

Es un ron para los amantes de lo dulce, del azucarado muy subido.

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