Acudir hasta el 9 de junio a la Plaza Cataluña de Barcelona supone darse un paseo culinario por múltiples destinos, incluidos los doce países que participan en la 37 edición de la Copa América de vela en sus distintas categorías, que se celebra por primera vez en la ciudad.
Pavlova de fresa y nata, pastel de limón, fondue, risotto de espinacas, croqueta caesar, ostra a la meuniére, patatas bravas con sobrasada picante, ensalada de endivia con crema ácida y caballa ahumada, rollo de langostino y duxelle de setas, ensalada de patatas y salchicha ahumada, albóndigas suecas y tostada con rillette de cordero a las cuatro especias. Son las propuestas del espacio Barcelona America’s Cup, a cargo de Albert Ventura, del restaurante Vraba.
Pero hay mucho más por descubrir en Tast a la Rambla, que cumple diez años. Por ejemplo los quesos de vaca y oveja, los vinos de alta montaña, la ratasía (licor de anís, café y hierbas aromáticas) o el Nectum (jarabe de piñas verdes) de Andorra, un anticipo de lo mucho más que será Andorra Taste, que se celebrará del 20 al 22 de septiembre en el Principado.
Muchos turistas se agolpaban ante el puesto en el que Casa Guinart ofrece su bomba de la Barceloneta, preguntando por sus ingredientes. Nos lo explicaba Margaret Loveche: «Aparte de cariño, producto fresco». Esas bolas de patatas cocidas rellenas de carne de cerdo y ternera, rebozadas en panko y servidas con una salsa de tomate y cebolla y alioli caseros triunfaron entre los visitantes.
Lo mismo que las croquetas de Nandu Jubany, de pollo asado, de espinacas con pasas y piñones y de sobrasada con queso, sabores que generan colas.
Quienes prefieren los sabores tradicionales disponen de los garbanzos con carabineros de Bodega Amposta, los chipirones en su tinta de Bar El Pollo, los fideos a la cazuela con presa ibérica de Casa de Vivi-Fauna Restaurant o el arroz meloso de butifarra, boletus y alcachofas de Al grano by Teleféric.
Pero también se puede viajar a Italia con los pacheri con ‘nduja de Cecconi’s Barcelona, a Perú con la leche de tigre carretillera con chicharrón de calamar de Ceviche 103 (300 tapas vendidas en una jornada), a la India con el arroz de ave con raita de yogur especiado de Tandoor y a China con las palomitas crujientes de cerdo cantonés de Casa Xica.
Hasta el fish&chips británico tiene su espacio, aunque cambiando el bacalao por gallineta y añadiendo chutney de mango y salsa tártara (The Fish and Chips Shops).
Y también hay espacio para las fusiones, como el sorprendente New York Roll catalán de Pepa Tomate, con pan de croissant, hamburguesa ibérica blanca y negra, cebolla escalivada y kétchup de romesco, que también está teniendo mucha aceptación; el salmón con meunière de guanábana, mostaza y azafrán de Mae o el bikini tonkatsu de Kamikaze.
Mención especial a los postres, a cargo de ilustres como Christian Escribá, Oirol Balaguer o Albert Roca. Uno de las elaboraciones que más llaman la atención es la que firma Ken Ochiai, de Pastisseria Ochiai, que está celebrando sus 40 años. Su propuesta es un homenaje a Akira Toriyama, creador de Dragon Ball, en forma de mousse de chocolate con interior de yuzu y base crujiente de café y cacao.
Más allá de las tapas (todas a 6 tokens=6 euros), Tast a la Rambla cuenta con demostraciones de cocina en directo. Por ejemplo, la protagonizada por Rodi Fernández, cocinero ejecutivo del grupo Taúlla (Murcia), junto con el sumiller Antonio Chacón.
Respaldado por !.001 Sabores Región de Murcia, Fernández desgranó en unos bocados algunos de los platos más significativos de Taúlla, ubicado en un antiguo molino de pimentón de 1923, donde ofrece dos menús degustación y carta. «Mi cocina es la tradición de mi madre y la diversión de hijo», explicaba a 7 Caníbales.
Una combinación que se traduce en platos como la hueva de mujol en semisalazón de pimentón y crema de almendras, panipuri de atún rojo, guacamole y aguacate cítrico, ajoverde de pistacho con anguila ahumada, crujiente de tinta de calamar, pepino y piñones; buñuelo de langostinos del Mar Menor, caldo de caldero y crujiente de arroz, y berenjena con demi glace de chato murciano y gamba roja de Águilas, un homenaje al recientemente fallecido Raimundo González, maestro de muchos cocineros de la región.

Concluyó con el ramen de chato murciano con caballa, un homenaje al caldo de su madre japonizado y llevado a Murcia con chiquillo, un embutido local con cabeza de cerdo. Los ofrecidos procedían de las tres denominaciones de origen de la Región de Murcia: Jumilla, Bullas y Yecla.
«Los cocineros murcianos compartimos técnicas, platos, proveedores… Como hicieron los vascos. Por eso hemos crecido y hecho de Murcia un destino gastronómico», nos explicaba el cocinero, quien defiende que aunque a la región se la conozca como «huerta de Europa» también tiene «una despensa increíble en el mar».
Lanzarote también apuesta por este formato en el que se pueden degustar sabores de la isla cocinados en directo y acompañados de vinos. Allí se habló de la leche de camella (80 euros el litro), de los bombones que con ella elabora Enrique Martín (Bombonería La Corona) que enamoraron a Luis Vuitton, del tuno indio, de kétchup de plátano, de licores, mermeladas y del futuro gastronómico de la isla conejera.
«Antes la oferta se limitaba a las papas con mojo y al pescado, ahora hay cocineros más preparados y cuesta elegir dónde ir a comer por la amplia oferta», nos comentaba Rubén Rivera (Citurna). Sin olvidar productos estrella como los carabineros o la gamba de La Santa.