El establecimiento madrileño amplía su bodega de 1.000 a 1.600 referencias
El restaurante Sanceloni en Madrid, con dos estrellas Michelin y tres soles Repsol, se ha quedado con la bodega del restaurante Evo de Barcelona. De esta forma, Sanceloni aumenta en un 60% su colección de vinos tras adquirir la bodega del establecimiento del Hotel Hesperia Tower en Barcelona, que cerró sus puertas en julio de 2012. La bodega del prestigioso restaurante madrileño, proyecto del cocinero Santi Santamaría al igual que el desaparecido Evo, aumenta así de las 1.000 a las 1.600 referencias.

Los vinos adquiridos destacan por una importante selección de hitos franceses, especialmente de Burdeos y Borgoña, y Champagne. Su bodega actual posee verticales de Vega Sicilia, Petrus y Romanée Conti, así como referencias curiosas y modernas de regiones emergentes y una considerable representación de vinos de Jerez. Recoge además clásicos como Pingus o L’Ermita de España, Château Margaux y Mouton Rothschild de Burdeos, champagnes como Clos d’Ambonnay (el más caro del mundo), Clos Du Mesnil y algunas enotecas de Don Perignon, los californianos Caymus y Opus One o los italianos Sassicaia y Barolo. Santceloni pasa a tener de este modo un total de 1.600 referencias de las cuales el 50 % son españolas, un 35% francesas y, el resto, de Alemania, Italia y otros países.
Esta colección es fruto de una constante inversión, de los 12 años de trayectoria del restaurante y del trabajo y la dedicación de su sumiller, David Robledo. Estudió hostelería en Segovia, se formó como sumiller en Madrid y más tarde en la prestigiosa escuela londinense The Wine & Spirit Education Trust. Ha trabajado en Zalacaín, Arzak y Martín Berasategui en España, y en el Hilton en Londres. En el año 2000 comenzó a trabajar con Santi Santamaría, primero en Can Fabes y, desde su apertura en 2001, en Santceloni.
Robledo asesora, sugiere y ofrece al comensal dos opciones de maridaje (uno por 70 € y otro por 120 €) en función de sus gustos y preferencias pero, también, del estado de ánimo, el momento y de la compañía. “Hago trajes a medida”, descubriendo, por ejemplo, la enología española al público extranjero, los grandes clásicos al que no quiere arriesgar o sorprendiendo al que se deja llevar con insólitas alternancias entre champagne y una cerveza artesana, un Rioja blanco y un tinto gallego o un vino de hielo y una cálida sidra de autor.