El reto de internacionalizar la gastronomía española

Jugosa jornada de análisis convocada por el ICEX sobre las oportunidades para la gastronomía española en el mercado exterior. “El ICEX te aconseja, te ponemos en contacto con los proveedores locales, te ayudamos a entender las barreras culturales o legales que puede haber…”, explicaba Elisa Carbonell, directora general de internacionalización de la empresa de dicho organismo.

Arantxa Herranz

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España es el segundo país que más turistas recibe y, además del ocio, la gastronomía es uno de los principales reclamos. Sin embargo, y frente al trabajo que han realizado países como Francia, Italia y Japón, España no puede presumir (aún) de tener una buena internacionalización de su gastronomía.

 

Por eso, el ICEX, en colaboración con la Federación Española del Vino (FEV) ha organizado una jornada para conocer los principales retos y oportunidades que tienen las empresas del sector para salir al exterior y poner aún más en valor la calidad de nuestra comida. “No partimos de cero”, reconocía Emilio Restoy, presidente de la FEV, quien al mismo tiempo se lamentaba de que, frente a los 174 embajadores que tiene la marca España en gastronomía, Italia cuenta con 15.000.

 

José Miguel Herrero, director general de Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, aseguraba que el ICEX es “fundamental para poner en valor la comida y los alimentos de España” y que la gastronomía es “un excelente embajador”.

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Mesa redonda dedicada a los modelos de internacionalización de la gastronomía española. Foto: Arantxa Herranz.

Con el fin de conocer las necesidades que tienen las empresas privadas a la hora de internacionalizarse, María Peña, consejera delegada del ICEX, aseguraba que la colaboración público privada es “fundamental” y animaba a vencer la “pereza” inicial que puede dar al sector privado entablar conversaciones con organismos públicos como el que ella decide. “El ICEX te aconseja para tu desembarco en otros países, te ponemos en contacto con los proveedores locales, te ayudamos a entender las barreras culturales o legales que puede haber…” enumeraba Elisa Carbonell, directora general de internacionalización de la empresa de dicho organismo.

 

El ejemplo de quien ya se ha internacionalizado

Durante este encuentro, representantes de cuatro empresas relacionadas con el sector gastronómico que ya se han internacionalizado expusieron algunos de los problemas con los que se enfrentaron (y enfrentan) y algunos consejos para seguir haciendo marca España.

 

Muchos de ellos expusieron, sobre todo, problemas culturales. “A muchos ingleses no les gusta el socarrat de la paella porque la que les ofrecemos cuando vienen de turismo no es así, y la rechazan”, exponía Marcos Fernández, CEO de Grupos Ibérica y Arros QD, quien también aseguraba que, en muchas ocasiones, primero hay que hacer una labor de educación y concienciación antes de introducir determinados alimentos. “No puedes apostar por la gamba roja de Altea, que tiene un precio muy alto, cuando el consumidor no es capaz siquiera de valorar la gamba blanca de Huelva, mucho más económica”, exponía como argumento.

Terry animaba a confiar en el producto

y a no desistir en el empeño de introducir

productos de calidad en el extranjero.

Por su parte, Fernando Terry, CEO del Grupo Osborne, también relataba algunos problemas para que tesoros tan preciados como el jamón de Jabugo sea bien degustado en el extranjero. “No hay buenos cortadores de jamón en el extranjero y todos sabemos que el corte determina mucho la buena cata”. Una apreciación con la que coincidía Eduardo Valenzuela, director de Desarrollo internacional de Mabel Hospitality, quien aseguraba que el día que en sus restaurantes Tatel hay cortador de jamón, el consumo de este bien se dispara.

 

Eso sí, Terry animaba a todos a confiar en el producto y a no desistir en el empeño de introducir productos de calidad en el extranjero. En su caso, asegura que durante seis años tuvieron pérdidas con tres cortadores profesionales de jamón en Estados Unidos, con el coste añadido de tener un centro de corte para envasarlo al vacío en dicho país, con el fin de que la caducidad no se acorte. “Hay que ser constante”, defendía con la voz de la experiencia.

 

La financiación necesaria

Además, durante este encuentro también estuvieron presentes representantes del ICO y del Cofides para animar a pedir financiación a la hora de dar el salto al extranjero. En este sentido. Rodrigo Madrazo, director general de Cofides, aseguraba que entre que se solicita una financiación y se firma ante notario, suelen pasar entre 90 y 100 días nada más. En cuanto al monte de la ayuda, oscila entre los 70.000 y los 45 millones de euros.

 

Por su parte, Rosario Casero, directora general de negocio de ICO, recomendaba no pedir todas las líneas de crédito a la misma entidad (ni pública ni privada) y a informarse sobre todas las ayudas disponibles, especialmente en materia de digitalización. “Solo el 27% de las pymes vende online y solo el 9% usa el Big Data, herramientas clave para entender a nuestros clientes y tener más negocio”, argumentaba.

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