Reproducimos el artículo publicado por Ramon Francàs, en La Vanguardia.

En la lista de los mejores vinos españoles The Wine Advocate, la publicación que dirige el gurú de Baltimore Robert Parker, el prescriptor de vinos más influyente del planeta, figuran 41 caldos españoles con más de 95 puntos sobre 100, de los cuales nueve son catalanes. Siete de ellos son del Priorat y de la añada 2006 (Clos Erasmus, Doix Costers Vinyes Velles, La Bastea, L’Ermita, Corelium, Clos Mogador y Mas d’en Compte Planots) y los dos restantes del Montsant (Espectacle 2006 y Acústic Auditori 2007).
Pero los principales críticos españoles también destacan la evolución, diversidad y calidad de los vinos que ofrecen las 11 denominaciones de origen catalán más la DO Cava. Sin ir más lejos, el joven sumiller David Seijas, de El Bulli, destaca 24 vinos catalanes en su libro 110 vinos para el 2010 (Grijalbo), donde selecciona caldos de todo el mundo.
Andrés Proensa, director de la Guía Proensa y de la revista Planeta Vino, tiene la impresión de que «nunca como ahora el vino catalán había copado tan altas cotas». Dice que se la pasado «de la depresión al boom» en denominaciones como las del Empordà, el Priorat o el Montsant, mientras otras DO, como el Pla de Bages o Alella, han salido de «un profundo desconocimiento». Añade que el Priorat es una de las zonas «más punteras» de España y lamenta que la Conca de Barberà «no avance» y que la Terra Alta se haya «desinflado». De Costers del Segre dice que «es un raro invento» y critica su «falta de carácter», mientras que del Empordà apunta que «a la sombra de Castell de Peralada van surgiendo cosas interesantes, aunque a veces les falte regularidad». En cuanto al cava insiste en que «debe inventarse» alejándose de la dirección de «competir en bajo precio con el sekt alemán».
Sea como fuere, Proensa destaca la generación de jóvenes enólogos catalanes que están «revitalizando» muchas zonas. Bartolomé Sánchez, de Mi Vino, apunta la «gran diversidad» de vinos y denominaciones de origen catalanas. Identifica en el Priorat, el Empordà o el Penedès buena parte de la «vanguardia» del vino español. Incluso reconoce que los vinos catalanes son «modernos», están «bien diseñados» y «responden a los que se está llevando ahora». Sánchez califica de «impresionante» lo que ha avanzado el vino catalán en la última década.
Para José Peñín, director de la Guía Peñín de los vinos de España y de la revista Sibaritas, el vino catalán es «diverso y particular», y destaca el nivel de cultura vitivinícola de los catalanes. Opina que la «flexibilidad» del Penedès ha conllevado una pérdida de «esencia» pero que ahora están aflorando, a rebufo del «tirón» del Priorat y el Montsant, interesantes proyectos ligados al terruño, como también ocurre en la Terra Alta, el Pla de Bages o el Empordà. Pese a ello, Peñín no tiene dudas de que «el Penedès está pagando por no haber ajustado su criterio de territorio, lo que ha hecho que muchos se apuntaran al cajón de sastre de la DO Catalunya». Confía en el futuro del vino catalán a partir de «la experiencia de sus hombres».
El director general del Institut Català de la Vinya i el Vi de la Generalitat, Oriol Guevara, afirma que el consumidor también tiene en cuenta la opinión de sumilleres o los vendedores de tiendas.