Lhoussaine

Cristina Jolonch

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Sólo se me ocurre una historia sobre la que escribir en estos momentos. Una historia que Pau Albornà me pidió infinidad de veces que contáramos en 7 Caníbales. Hace un par de años, justo en estas fechas, preparaba con el fotógrafo Samuel Aranda –premio World Press Photo de este año- un reportaje para el Magazine sobre la vida de los menores extranjeros que un día llegaron solos a España a bordo de una patera o aferrados a los bajos de un camión.

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Con el Chef Andoni Luis Aduriz

La primera parada de nuestra larga ruta la hicimos en San Sebastián. Allí conocimos a Lhoussaine, un chico marroquí que vivía en la calle y al que intentamos ayudar. Llamé a Mugaritz para hablarles de él y contarles que si no conseguía un contrato en breve, de lo que fuera, lo echarían del país.

Susana Nieto y Andoni Luis Aduriz necesitaron un cuarto de hora para discutirlo y volver a llamarme con una respuesta: “Si encajamos, si nos gusta y le gustamos, estaremos encantados de que viva aquí y trabaje con nosotros. Nos comprometemos a formarlo como camarero y será uno más en la familia de Mugaritz”. Ese mismo día se conocieron y ese mismo día Lhoussaine entró en un mundo, el de la alta cocina, que ni siquiera sabía que existía. Hoy, dos años después, es parte indispensable del equipo de uno de los mejores restaurantes del mundo. Por supuesto, sin la generosidad y la valentía de Andoni y de Susana, de Joserra y de todo el equipo de Mugaritz, jamás hubiera surgido ese proyecto que se llama Cocina Conciencia. Por supuesto, sin la voluntad, el esfuerzo, la ilusión y las ganas de aprender de Lhoussaine, tampoco.

El reportaje se prolongó hasta después del verano, cuando fuimos a visitar al joven abogado Nacho de la Mata. Sabíamos que era el tipo que más ha contribuido en España a la defensa de los menores extranjeros y que más ha luchado contra su exclusión en el ámbito social y administrativo. Nacho trabaja con su mujer, Lourdes Reyzábal, desde la fundación Raíces, que ella dirige, y desde la que ayudan a esos chavales. Después de entrevistarlo, Samuel y yo les pedimos consejo para montar un proyecto solidario que sirviera para ofrecer a los chicos una oportunidad de inserción social y laboral a través de la gastronomía.

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Ramon Freixa

Enseguida decidimos sumar fuerzas para crear un proyecto social dentro de la fundación Raíces, al que inmediatamente se sumaron Roser Torras y Pau Albornà; un proyecto al que dimos el nombre de Cocina Conciencia. Recuerdo la primera reunión en el despacho de Grup Gsr, en Barcelona, para la que Nacho y Lourdes se desplazaron desde Madrid con la más pequeña de sus tres hijas, recién nacida. No había dinero pero sí un montón de ideas que discutimos durante largas horas.

Paso a paso el proyecto empezó a tomar vida. Nacho y Lourdes nos presentaron en Madrid a chavales como Mamadú, a quien Ramon Freixa acogió en su cocina, o Mamadí, a quien el equipo de Paco Pérez recibió con los brazos abiertos la mañana en que Nacho y yo le acompañamos hasta Llançà y salimos del restaurante llorando a lágrima viva, apabullados por tanta hospitalidad y ternura.
Han transcurrido dos años desde el día en que, casualidades del periodismo, Lhoussaine se cruzó en nuestro camino. Y ya son doce los chicos que trabajan en restaurantes de diversos lugares de España a través de Cocina Conciencia. Andoni Luis Aduriz ha dicho en numerosas ocasiones que él ha aprendido más de la actitud positiva de Lhoussaine y de sus sensibilidad, de lo que él mismo o su equipo hayan podido enseñarles.

No es un proyecto de inserción laboral, sino de implicación personal y profesional con jóvenes que no tienen familia en España. Para muchos de ellos, Nacho y Lourdes han sido hasta hace muy poco su único referente adulto en este país. Desde hace unos meses, Nacho está gravemente enfermo. Y acabamos de perder a nuestro querido Pau Albornà, que estos días iba a poner en marcha el twitter de Cocina Conciencia. Ahora, más que nunca, hay que hablar de este proyecto que gracias a la generosidad de los cocineros y a las ganas de los chavales de aprovechar su oportunidad, ya podemos decir que funciona con éxito. Ahora, más que nunca, hay que seguir adelante.