Reproducimos el artículo publicado hoy en Las Provincias.

El padre de la alta cocina en Valencia, el mago de los fogones del hotel con más categoría de la ciudad hace cuentas y las cuentas no le salen. La crisis propicia el divorcio de una figura gastronómica y un referente turístico. Óscar Torrijos y el Westin no han logrado llegar a un acuerdo que permita al cocinero mejorar la rentabilidad del local que gestiona en el hotel de cinco estrellas. «Si no cambian mucho las cosas», según confesó el restaurador valenciano, los caminos del cocinero y la empresa hotelera se separarán.
«Mi idea es dejar este restaurante y trasladarme al otro. Todavía falta un mes y podría ser que no me marchase, pero habría que resolver unas cuestiones que, si bien no son complicadas, sí son las habituales en los tiempos que estamos, por lo que sí tenemos pensado trasladarnos», admitió el cocinero a Las Peovíncias, que gestiona su restaurante de autor en un régimen de alquiler establecido antes de que comenzase la crisis actual, «y no me salen las cuentas».
Torrijos y el Hotel The Westin llegaron a un acuerdo de colaboración en 2006, y las condiciones económicas de aquel momento son actualmente inviables para la oferta gastronómica que pretende ofrecer el cocinero valenciano. «Hemos notado una bajada de casi un 50% de clientes. Si estábamos acostumbrados a que vinieran a nuestra casa cada 15 días, ahora lo hacen una vez al mes o cada dos meses», aseguraba ya en septiembre de 2008 un portavoz del prestigioso restaurante. La nueva Guía Repsol, que cogió en 2009 el testigo de la antigua Guía Campsa, adjudica un sol al restaurante de Torrijos en el Westin, lo que constata su privilegiada posición como uno de los grandes locales culinarios de la Comunitat.
«Estamos negociando, pero ya lo tengo decidido, no tengo mucha esperanza», explicó Torrijos, quien señaló que su relación con el hotel de cinco estrellas «es buena. No hay ningún problema. Que uno se divorcie no es razón para terminar mal. Somos correctos, educados e inteligentes, porque de todas las experiencias se aprende».
Situación no razonable
Respecto al futuro, Torrijos señaló que su intención es reabrir su restaurante en la ciudad de Valencia. «Está muy cerca del hotel y está cerrado, y se trata de una situación que no es razonable. Lo podía haber alquilado pero creo que no toca, no es lógico en los tiempos actuales una situación económica de este tipo», indicó el cocinero valenciano, quien, en cualquier caso, asegura que hizo una oferta al hotel para seguir colaborando, «y aunque me dijeron que no, no quiero tirar la toalla. Si fuera político sería de los que no abandonan jamás. Soy duro de pelar».
Torrijos inició su carrera como pinche a los 14 años, después de que sus padres decidieran salir del pueblo conquense de Villalejo de Fuentes y llegaron a Valencia. Trabajó en Las tres cepas, estuvo seis años en Les Graelles, investigó y enriqueció su formación en Madrid y Suiza, hasta que en el año 1987 decide volar por libre con un éxito que lo ha convertido en una referencia a la hora de hablar de la alta cocina en Valencia. Su andadura en el Hotel The Westin toca a su fin, y ese lema de renovarse o morir invita a pensar que lo mejor de Torrijos está por llegar.