El segundo foro Gastromujeres, caminos para la sostenibilidad, reunió a cocineras y profesionales del sector gastronómico (empresarias, portadoras de tradición, periodistas y estudiantes), para compartir conocimiento y reflexiones en torno a la gastronomía como oportunidad de desarrollo. Una jornada para hablar sobre el rol de las mujeres en la protección de ecosistemas, la nutrición, la identidad y la erradicación de la pobreza. El evento, celebrado el pasado 26 de mayo en la universidad Areandina en Bogotá, levantó la voz por una industria gastronómica más inclusiva y responsable.
Laura Hernández Espinosa, Presidente de FunLeo y sommelier del restaurante Leo, abrió la jornada exponiendo cómo la cocina es un motor desarrollo, un eje fundamental para mitigar la vulnerabilidad alimentaria y para crear cohesión social en Colombia, un país en proceso de reconciliación. Contó de los muchos proyectos que trabajan creando riqueza en torno al turismo gastronómico en comunidades indígenas y campesinas, proyectos que en su mayoría están liderados por mujeres.
El poder transformador del alimento y su impacto en el medioambiente, fue otro de los ejes tratados durante el foro. Ana María Calle, gerente del Hub hotel y café y la granja regenerativa Noi, José María Balcázar, director de Empresas y Derechos Humanos de la Cámara de Comercio de Bogotá, María Pinto Mora, nutricionista de FAO Colombia y Yurany López, de Slow Food, debatieron acerca de por qué la comida es estratégica a la hora de ser sostenibles. “Los alimentos son víctimas y una causa de las muchas crisis climáticas y ecológicas que atraviesa el planeta. Tenemos que construir un sistema alimentario resiliente, justo y armónico en cuanto a la producción y consumo de alimentos”, afirmó Yurany López.
“En el Hab hotel y café trabajamos con un enfoque claro: devolver al medio ambiente todo lo que se le quitó en las producciones o servicios. Por eso, nuestra lógica farm to table (del campo a la mesa) nace por la recuperación de bosque cerca al páramo de Chinganza y no por el snobismo de servir vegetales ecológicos”, explicaba Ana María Calle.
Las mujeres, el empleo y el hambre cero
La jornada contó con la participación de Claudia López Duarte, Coordinadora Nacional de Formación Profesional y Política Pública de la Oficina de la OIT para los Países Andinos en Colombia, y Margalida Rueda, Jefa de la Oficina territorial de Cali del Programa Mundial de Alimentos (WFP) de las Naciones Unidas quiénes explicaron que la crisis económica colombiana tiene un marcado rostro de mujer joven, y cómo el empoderamiento femenino es la clave para revertir esta realidad y conseguir una Colombia Hambre Cero.
Margalida se refirió a la importancia de posicionar la seguridad alimentaria y la nutrición como una prioridad en la agenda de desarrollo e inclusión social en Colombia y América Latina, algo en lo que las mujeres propietarias o gerentes de restaurantes y productoras pueden impactar fuertemente.
Hay una clara naturalización de ciertas actividades o trabajos como femeninos, de modo que la división sexual del trabajo que se da en los hogares se repite en el mercado laboral. “La gastronomía es creativa e innovadora y crea valor agregado, pero tenemos que mejorar alineando la formación en gastronomía con las plazas laborales que crea la industria, porque hay muchas barreras en la contratación”, aseveró Claudia López.
Denise Monroy, del restaurante Elektra, y Antonuela Ariza, de Mini-mal, compartieron cartel con académicas como Viviana Nariño, de Areandina, y con mujeres de la empresa, como Angélica Moreno Gutiérrez, profesional en Reputación y Sostenibilidad del grupo Vanti. Todas defendieron la cocina como una herramienta fundamental para defender la seguridad y soberanía alimentaria, para crear riqueza y empleo, y para proteger la nutrición y el medio ambiente.
Turismo gastronómico en femenino en el marco de Gastromujeres
Gastromujeres ha apostado también por la promoción del turismo gastronómico en femenino. En la previa del foro, se realizó una ruta turística junto a portadoras de tradición en la plaza de mercado de la Concordia, en el centro de Bogotá, para conocer el trabajo de doña Gloria y sus frutas y jugos, de doña María con sus almojábanas y chichas, y de Luz Dary Cogollo, una referencia en la reivindicación de las matronas colombianas. La comida en Casa Mamá Luz fue un viaje por las sabanas de Sucre, al interior del Caribe, lugar del que es originaria Luz Dary. Bollo de plátano, bollo limpio, patacones con suero y hogao y encocado fueron los platos con los que esta cocinera tradicional relató sus saberes y sabores.
En la clausura, cenas con relato, estuvo a cargo de Antonuela Ariza y Denise Monroy que, en una cena a cuatro manos, demostraron en cada plato lo expuesto durante el congreso; diversidad, nutrición, soberanía alimentaria y energía femenina. La próxima edición Gastromujeres será en mayo 2023, en Bogotá.