El jamón ibérico, el vino tinto y el aceite de oliva han tomado hoy el centro financiero de Londres para promocionar la oferta turística española de cara a la temporada de verano entre los británicos, los extranjeros que más visitan el país.
Atrapadas entre algunos de los rascacielos más altos de Europa, en Canary Wharf, la moderna extensión de la tradicional City londinense, las casetas de la feria «A taste of Spain» («Saborear España») tientan a través del estómago a un público de alto poder adquisitivo.
Cerca de 90.000 personas trabajan en este barrio, levantado a finales de 1980 a la orilla del Támesis a base de vidrio y acero, que cuenta con la mayor concentración de bancos, entidades financieras y casas de seguros del continente.
Ocho comunidades autónomas, así como el restaurante español de Londres «Ibérica», han desplegado hoy, y mantendrán hasta mañana, su oferta ante la principal estación de metro del distrito financiero, donde también se ha instalado un escenario en el que actúan a lo largo del día grupos de todos los estilos, desde música tradicional gallega hasta «disc-jockeys» venidos de Ibiza.
Tratando de destacar sus singularidades, Baleares ha instalado un campo de golf en miniatura, Asturias ha dado a probar su queso de Cabrales, Valencia ha destacado los masajes que ofrecen los hoteles de lujo, y Gran Canaria ha disfrazado con sombreros y collares a los visitantes para fotografiarles ante una imagen de las playas de la isla.
España busca este verano consolidar la recuperación de cuota de mercado en el Reino Unido como destino turístico después de cuatro años «difíciles», marcados por la precaria situación económica, explicó a Efe Ignacio Vasallo, director de la Oficina Española de Turismo (OET) en Londres.
Más de 13 millones de británicos viajan a España cada año, lo que los convierte en el principal colectivo que visita el país, con cerca del 25 por ciento.
De igual modo, alrededor del 22 por ciento de los ciudadanos del Reino Unido que salen al extranjero escogen España para sus vacaciones, por encima de su segundo destino, Francia, el preferido por el 17 por ciento de la población.
Vasallo señaló el alto precio de la gasolina y la subida de los impuestos sobre el carburante como dos de los factores que han revitalizado en el último año a España como destino turístico para los europeos.
Ese condicionante hace más atractivo un destino que está a poco más de dos horas en avión desde el Reino Unido -cuatro horas las islas Canarias- frente a otros países más lejanos y, por lo tanto, más caros por el transporte para los turistas.
«Además, los últimos sucesos en el Mediterráneo, fundamentalmente en Egipto y Túnez, durante el invierno, han hecho que una parte de la clientela que iba a esos destinos se desviara hacia las islas Canarias», señaló el director de la OET.
Los conflictos que han estallado en los últimos meses en el mundo árabe no tendrán un efecto determinante en la temporada turística, pero sí que provocarán que entre 100.000 y 200.000 visitantes que tenían pensado pasar sus vacaciones en esas zonas opten este año por España, según la estimación de Vasallo.