Jordi Roca ha presentado su linea de helados y pastelitos Navidad-invierno para RRRocambolesc, su establecimiento post-heladería en Girona
Es un nuevo festival que comienza con una especie de oxímoron: Bocadillo caliente de helado. Más sofisticado y puesto al día que los de Alicante y del sur de Italia. Es distinto porque el bollo de brioche va relleno de helado –el de chocolate es el súmmum– y quedará sellado en una sandwichera, que calienta el pan y que funde sólo un poquito la farsa interior; creo que alcancé una especie de alucinación con el primer mordisco. Luego el éxtasis, hasta que me relajé y decidí descansar y pensar en la experiencia.

Andreu Carulla, colaborador habitual del Celler, entre cuyas obras destaca el carro de postres, ha diseñado la sandwichera selladora, que imprime la marca de la familia, la R de tres patas, a los bollos tostados. La linea otoño-invierno continua con el cucurucho cálido para el frío, una nueva creación de Jordi Rocambolesc: Una masa de pan hojaldrado, más energético que la liviana galleta de verano, que siempre he rechazado por dulzona, y que se sustituye por el vaso inerte e incomestible. El nuevo cucurucho es mucho más que un recipiente para sostener el helado, es un apetecible pedazo de pan que uno comería solo o que acompañaría con algo de aceite y jamón o fuet.
Muchas de las heladerías clásicas eran propiedad de maestros torronaires de Jijona, que hacían su agosto en diciembre a base de preparar lotes de Navidad. Jordi no elabora turrón. O sí. Uno de avellanas para rellenar un bombón. El bombón de turrón de avellana pertenece a una serie de cuatro rarezas creadas por Jordi, junto al de kikos, pimienta de Sichuan y café. Jordi Roca ha apostado por artículos muy navideños, pero nada tradicionales, como el pannetone, del que elabora dos tipos: el tradicional y el de chocolate y naranja.

El surtido de Navidad queda completado por algunos apetecibles y sabrosos regalitos, detalles: Un árbol de Navidad de galletas de pasta sablé; las galletas de chips de chocolate y azúcar moscovado; los tres tipos de garrapiñadas, con pistacho, pipas y avellana; las rocas de chocolate, su adaptación del clásico de la pastelería; el nuevo formato para sus vistosos caramelos vintage, más a lo Willy Bonka, y la nueva caja de postres para llevar, que se une a la del láctico inaugural. La nueva caja es su homenaje a la manzana al horno de la musa y madre de los Roca, Montse Fontané. La caja de helado de manzana trae una compota para la base, dados de sablé, y el helado, donde se clavarán unas láminas de manzana deshidratada.
Ubicada en la calle Santa Clara de Girona, una de las arterias comerciales de la ciudad, Rocambolesc abrió sus puertas el 13 de abril. Jordi Roca y Ale Rivas confesaron que ya están ideando algo grande, muy grande, para celebrar su primer cumpleaños. Pregunté a Jordi Roca y a Ale Rivas si ya tenían ojeado espacios para su heladería en Barcelona, Madrid, París, Londres y NYC. Miradas cómplices, como si éste ya fuera el camino trazado, una vez superado, en abril, los primeros doce meses de pruebas.