“Con la cocina no se juega”, nuevo libro de David de Jorge - Redacción

Redacción

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Portada de "Con la cocina no se juega"
Portada de "Con la cocina no se juega"

Es un heterodoxo de la cocina, un librepensador de las cacerolas. Y ahora ha reunido sus reflexiones en un libro. Desde que tenía diez años se apasionó por los guisos, hoy maneja con excelente mano el teclado del ordenador y le rodea la magia de comunicador en la pantalla.

David de Jorge vive un momento dorado: cada sábado escribe en «El Diario Vasco» sus crónicas gastronómicas, cada mediodía presenta en ETB2 su ‘Robin Food’, de creciente audiencia, y ayer reunió a amigos y periodistas para lanzar ‘Con la cocina no se juega’, un poderoso libro donde resume su filosofía de la cocina.

¿Filosofía? «Hablar en serio de gastronomía es una memez», advierte en el prólogo. «Goza y disfruta, ponte cómodo y descojónate del mundo», añade. En el libro hay reflexiones sobre el mundo de la cocina, crónicas con sus visitas a restaurantes y perfiles de cocineros célebres y no tan célebres. «Los que no están es porque estamos hasta los cojones de ellos», explica gráficamente. Parte de esos contenidos se ha ido publicando en DV y otra parte es nueva. Una colección de imágenes de Lobo Altuna, fotógrafo de este periódico, completan un volumen que es una invitación a la fiesta, como muestra la portada de José Luis López de Zubiría, con el chef en el papel de prestidigitador de los fogones.

David de Jorge reivindica la picardía en la cocina y en la vida y de eso hay en este libro, presentado ayer en el restaurante de su amigo y socio Martin Berasategui en Lasarte. De hecho, De Jorge explicó que «aunque he dedicado el libro a mis padres, debería haberlo dedicado también a Martin y su mujer, Oneka». En el tono coloquial que le ha convertido en personaje mediático, el cocinero y presentador dijo que le hubiera gustado titular el libro «el hombre que susurraba a las morcillas» o «hambre de escribir». Reivindicó al «agro-chef», que cocina el producto con placer, por encima del «ego-chef», y resumió el libro en su ya conocido eslogan: «La cocina, sin bobadas».

Fuente: artículo publicado hoy por Mitxel Ezquiaga en «El Diario Vasco».