El cocinero barcelonés Carles Abellan, representando a Casa Natalia, el restaurante que mantiene en Formentera, ha sido el ganador del III Concurso de Garbanzos Tierra de Sabor, con un guio de garbanzos con raya y salsa de callos. El jurado valoró la precisión de la cocción de los garbanzos de Valseca empleados en la elaboración del plato y el carácter de un guiso en el que la raya jugaba un papel decisivo. El chef catalán también utilizó garbanzo de Pedrosillo en la preparación de un puré que servía de base a la raya.

El ganador mantuvo una pelea muy ajustada con los otros cinco concursantes. Entre ellos Carmen Carro, de la Taberna Pedroza, quien presentó un cocido completo, siguiendo la receta que aplica cada día en su restaurante, a partir de un garbanzo pedrosillano tierno y pleno de sabor. Junto a ella, estuvieron Daniel Arbós, del restaurante Nado, de A Coruña -con garbanzos de Fuetesaúco con coliflor, tripa de bacalao y espinaca de tetragonia (espinaca de nueva Zelanda o espinaca de pobre), sobre un caldo de pimiento y tomate-, Óscar Hermoso, de Adobo Barelona -con garbanzos de Fuentesaúco en adobo de mar y montaña-, David Pérez, del restaurante Ronquillo, en Ramales de la Victoria, Cantabria -con garbanzos pedrosillanos con conejo estofado y berza en vinagre- y, finalmente, el asturiano Isaac Loya, del Real Balneario de Salinas, quien utilizó las tres variedades de garbanzo autorizadas para el concurso en su repollo guisado relleno con bogavante y salsa tipo chili crab. El pedrosillano se incorporaba al relleno del repollo, mientras los de Valseca se presentaban fritos adornando el plato y el de Fuentesaúco protagonizaban la harina del rebozado.

Pedrosillano, Fuentesaúco y Valseca son las tres variedades de garbanzos protegidas por sellos de Calidad en Castilla y León. El de Fuetesaúco (Zamora) protegido por una Institución Feográfica Protegida, es del tipo castellano, un garbanzo muy cremoso, con la piel muy fina y sabor exquisito y delicado. Contrasta por el tamaño con el garbanzo de Pedrosillo, el garbanzo más pequeño que se conoce en el mercado, que crece en Pedrosillo el Ralo, en la comarca de La Armuña, Salamanca. Es pequeño, compacto, con la piel finísima y un marcado sabor. Finalmente, el garbanzo de Valseca (Segocia), protegido por una Marca de Garantía, el más grande de los tres, cercano al blanco lechoso, muy cremoso y de forma achatada.