¡Arrivederci Italia, welcome Singapur & Hong Kong!

La edición 2014 de San Sebastian Gastronomika termina después de tres días de programación densa, casi agobiante para los que nos interesa todo, entre presentaciones, concursos, ponencias, comidas, charlas de pasillo y copas

Cuando escribo esta crónica comienza a llover en Donostia mientras ya está terminando el San Sebastian Gastronomika 2014. Me pregunto a quién hay que agradecerlo. Si a nadie se le ocurre por qué, prometo regresar a la Parte Vieja, encender una vela en la iglesia de Santa Maria y, de paso, ya que estamos, aprovechar para tomar unos pinchos en Gambara, Urola, A Fuego Negro, Ormazabal, La Viña y La Cuchara de San Telmo. Tampoco descarto peregrinar hasta el Santuario de Aránzazu, a poner otra vela a la virgen patrona de Gipuzkoa para agradecerle que cabree un poco al mar y los surfistas disfruten como turistas. Y luego nos daremos unas risas en las dos extremos del Boulevard. Primero tomando algo en el Museo del Whisky. Y al final, cumpliendo el voto anual del gin-tonic en el Dickens, donde oficia Don Joaquín Fernandez Rebollo, pionero del G&T gastronomiko y defensor de la pureza de esta bebida. Por cierto, una copa que, últimamente, con el pretexto de ser originales, nos la sirven a medio camino de una ensalada y de la sección exótica del jardín botánico.

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Massimo Bottura presentado su libro.

Regresamos a casa pensando ya en el San Sebastian Gastronomika 2015, con los ojos puestos en Singapur y Hong-Kong, las dos grandes urbes gastronómicas de Oriente. Toman el relevo a la bella y cercana Italia. Comenzamos descubriendo la perfección de las pizzas napolitanas y de la nueva gran cocina italiana, de la mano de sus grandes cocineros creativos, como Massimo Bottura, que vino a hablar de su libro, Carlo Cracco o Massimiliano Alajmo, y, por supuesto, el carismático Gennaro Esposito.

La ponencia mediterráneo-universal del marbellero Dani García borró las distancias con la cocina invitada, separadas solo por un cachito de mar pequeñito y sin mareas, comparado con el pedazo de océano del que salen los rodaballos del Elkano y los txipirones del Ibai. Cerró el primer día Andoni Aduriz con sus experiencias metagastronómicas y metafísicas.

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Quique Dacosta anunció que no participará en más congresos en España.

El segundo día oímos a Quique Dacosta despedirse de los congresos gastronómicos, notícia que ya nos había dado Xavi Agulló este verano. El que quiera verle tendrá que ir a Denia. Joan Roca nos habló del viaje de ida al mundo y de vuelta a su casa. Y aprendimos la capacidad que tienen los hermanos Roca por el sincretismo gastronómico como lo más natural.

Por la tarde, tuve que hacer de Curnonsky, el llamado Prince des gastronomes, pues participé en una de las catas más deseadas: Aria di Alba, by Tartuflanghe. Sí, probé seis platos con Tartufo di Alba. Lo sé, pero alguien tiene que hacer este trabajo. Fresca era la trufa blanca. La comienzan a recoger el 21 de septiembre y lo harán hasta el 31 de enero. Y sepan que, a partir del 15 de octubre comienzan a llegar las mejores. Es la más cara de las nueve variedades que se comercializan por el mundo entero, pues hay poca y los italianos tienen la suerte de que su zona de producción se limita en unas pocas zonas de la península, especialmente en el Piemonte. Dichosos. Tuvimos que juzgar tres platos italianos y tres vascos. Los mejores fueron Pasión: carpaccio de carne con remolacha, de Rubén Trincado, y Dulce Trufa, de Christian Milone. Confieso que este postre me pareció más redondo y armónico. Lo bebimos con Finca Alto Cantabria 2013, un blanco 100% Viura fermentado en barrica, de la bodega riojana Conde Valdemar.

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¡Arrivederci Italia!

Y llegó la última jornada, donde me organicé para asistir a dos sesiones consecutivas, de los dos pasteleros-heladeros: Alberto Manasei y del divertido Jordi Roca, del que su nariz con los gustos básicos me pareció soberbio, a pesar que esta nariz de Jordi se me fundió en las manos.

Hilario Arbelaitz volvió a emocionar con su honradez. Y, atención, Paco Pérez vino a anunciar su candidatura a lo más alto. Y el final de fiesta fue de traca. Primero, Ramon Freixa, el carismático catalán de Madrid, hizo chalar a todo el mundo. Y después aquí en Donostia desembarcó la armada de Bizcaya: Josean Alija, con su Acción y compromiso y Eneko Atxa y sus Geoemociones.

La edición 2014 de San Sebastian Gastronomika termina después de tres días de programación densa, casi agobiante para los que nos interesa todo, entre presentaciones, concursos, ponencias, comidas, charlas de pasillo y copas. Y en resumen, también les voy a confesar que cada vez veo más video largo e insulso –¡con lo útiles que resultan los powerpoint!–, más discurso conceptual y menos fuego y poca novedad en el auditorio del Kursaal. Y nos queda, claro, que los cocineros han venido a hablar de su restaurante.

Y, como diría Jordi Estadella, con el que brindo con un gin-tonic, hasta aquí puedo leer. Y el año que viene, llueva o haga sol, más en San Sebastian Gastronomika-Euskadi Basque Country 2015.