Alexandra Cousteau, de la saga de los mediáticos defensores marinos y reconocida con el Premio Sartún en el V Encuentro de los Mares que se celebra hasta el miércoles en Tenerife, sostiene que los cocineros «pueden revertir la sobrepesca» al elegir qué cocinan, así como «educar a los comensales».
«Muy honrada por el premio» y orgullosa de participar en un congreso que aúna ciencia y gastronomía en torno a la protección del mar, Cousteau señaló en una rueda de prensa que los chefs pueden luchar contra «tendencias del comer» como son en la actualidad el pulpo o el atún y hacer que otras especies menos demandadas lleguen a los platos.
«Si se unen pueden hacer fuerza por la restauración de los mares», defendió la activista, quien también les pidió que elijan «con mucho cuidado el origen de lo que compran», teniendo en cuenta, entre ostros aspectos, las artes pesqueras usadas.
Cuestionó que haya cocineros que compren ciertos pescados con la excusa de que «el cliente los quiere y los paga» porque «hay otros que se preocupan por la pesca sostenible y tienen mucho éxito; ya no hay excusas, tienen que ser alternativos».
Y les instó a eliminar plástico de un solo uso en sus restaurantes porque existen otras opciones y pueden «entrar así en la transición de lo destructivo a lo restaurativo».
Defensora de reducir los descartes y de las cuotas que permiten la regeneración de especies para garantizar su futuro y el del sector pesquero, dijo que la negación del cambio climático y cómo afecta al aumento de la temperatura de mares y océanos supone «jugar a la ruleta rusa«, por lo que se mostró «muy preocupada» por el avance de la extrema derecha «no sólo por cuestiones ambientales».
«Tenemos que intentar reconstruir los océanos de cara a 2050» con actuaciones como las detalladas o la creación de granjas de algas que repliquen la labor descarbonizadora del mar, iniciativa que además genera empelo y beneficios económicos.
La situación actual, divulgada ampliamente por los medios de comunicación, genera situaciones de «ansiedad climática» que Cousteau cree que se pueden aliviar difundiendo noticias «sobre las muchas cosas que se pueden hacer» para mejorar la salud planetaria, porque «la gente se adapta» a decisiones como la eliminación de productos de un solo uso o de las bolsas de plástico en los supermercados.
«La naturaleza tiene un valor que parece que no tenía antes; se trata de la supervivencia de la especia humana vinculada a la de la naturaleza», advierte.
Continuar el legado familiar
Alexandra es hija de Philippe Cousteau y nieta de Jacques Cousteau, el oficial de la marina francesa pero también explorador, investigador y biólogo marino que nos abrió los ojos y la conciencia al infinito azul del mar con sus expediciones en el Calypso.
Siguiendo la estela familiar, la nueva Premio Sartún ha liderado numerosas expediciones para comprender mejor los problemas a los que se enfrentan los océanos y explorar nuestra conexión con los recursos de agua dulce y propulsó en 2018 OCEANS 2050, un programa global de forestación oceánica que trabaja para la recuperación de las costas perdidas con la siembra y la gestión de bosques marinos, de manera que éstos proporcionen hábitat para la vida marina.
También es consejera senior de Oceana, la mayor ONG internacional en defensa de los océanos; exploradora de National Geographic desde 2009, y directora, junto a su madre Janice y su hermano Philippe, de EarthEcho International, fundada en 2000, con el objetivo de inspirar a los jóvenes de todo el mundo a actuar por un futuro sostenible.
Fotógrafa y cineasta marina, ha sido pionera en la retransmisión en directo de sus expediciones a través de las redes sociales cuando éstas aún no eran de uso masivo.
Entiende la divulgación como parte esencial de su activismo, no sólo entre el gran público sino también entre las clases dirigentes que son los que han de mantener la conservación de los océanos en la agenda política.