Según los estudios expuestos sobre los beneficios del cacao natural en la salud en el XII Congreso de la Dieta Mediterránea (Barcelona) se ha decidido añadir este producto a la pirámide alimentaria.
De acuerdo con lo dicho en el XII Congreso de la Dieta Mediterránea, el cacao natural forma parte de nuestra alimentación desde hace siglos y, además, es uno de los alimentos con mayor capacidad antioxidante, lo cual se traduce en una serie de beneficios para la salud. Por ambos motivos, los expertos en nutrición lo han incluido en la primera pirámide de la dieta mediterránea específicamente enfocada a niños y jóvenes. “El cacao natural se incluye en la categoría de nuevos alimentos de esta pirámide”, ha explicado Ramon Estruch, presidente del Congreso de la Dieta Mediterránea, consultor sénior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic y Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. “Tiene un origen tropical, pero forma parte de la alimentación de nuestro país desde hace centenares de años e, igual que las judías o el tomate, podemos considerarlo totalmente incorporado a la dieta mediterránea”.
Según lo expuesto, el cacao natural es uno de los alimentos con mayor capacidad antioxidante gracias a su alto contenido en polifenoles, entre 10 mg y 50 mg por gramo. “Esto se traduce en un potente efecto antiinflamatorio que podría ayudar a prevenir y/o retrasar la aparición de numerosas enfermedades crónicas”, según el doctor Estruch. El efecto beneficioso más conocido del cacao natural es el cardiovascular, pero en el congreso los expertos han abordado los efectos sobre el sistema cognitivo, sobre todo en los niños y adolescentes.
Cacao beneficioso también para la memoria y el aprendizaje
Según la Dra. Sonia de Pascual-Teresa, científica titular del Dpto. de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), “tomar cacao natural en la infancia puede ayudar a prevenir problemas neurológicos en la edad adulta gracias a este aporte de polifenoles, además de los beneficios que tiene de forma inmediata a nivel de rendimiento cognitivo”.
Un tipo concreto de polifenoles, los flavanoles, son los responsables de este efecto beneficioso. “Dilatan las arterias y aumentan la cantidad de sangre que llega al cerebro, mejorando por tanto el rendimiento mental”. El CSIC está realizando un nuevo estudio para analizar su efecto sobre el rendimiento cerebral, con especial hincapié en la memoria y la prevención del deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, “sobre todo porque el aumento de los años de vida genera un aumento de los problemas neurológicos en la edad adulta y edades más avanzadas”. Parecer ser que existen evidencias científicas al respecto: según un estudio de la Universidad de l’Aquila (Italia), las personas que toman cacao natural a diario muestran mayor capacidad de atención y un procesamiento más rápido de la información. Y las conclusiones de un trabajo de la South Australia University han comprobado que consumir cacao natural al menos una vez por semana mejora la concentración, los procesos mentales y la memoria a corto y a largo plazo.
Según los expertos, la mejor manera de aprovechar los efectos beneficiosos de los polifenoles del cacao natural sobre el sistema cognitivo es tomándolo en forma de cacao soluble, disuelto en leche o agua. Un trabajo de la Universidad de Barcelona ya mostró que el cacao soluble aporta la mitad de la cantidad de antioxidantes recomendada en los niños.
Por su parte el Dr. Javier Fontecha, investigador científico del CSIC en el Instituto de Investigación en Alimentos (CIAL) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), señala que además de la capacidad antioxidante de los polifenoles del cacao, con la incorporación de los lácteos a la dieta aportamos prácticamente todos los nutrientes que garantizan un crecimiento y desarrollo óptimos: carbohidratos, proteínas de elevado valor biológico, grasas, vitaminas A, B2, B12 y D y minerales, principalmente calcio y fósforo pero también magnesio, potasio y zinc.