¿Cansado de pedir siempre lo mismo? ¡No sufras! Entre la coctelería clásica y las nuevas creaciones existen muchas posibilidades para poder variar. Y todas las que aquí te recomendamos te harán alejar el calor.

Si del mojito te gusta la menta machacada pero no quieres aventurarte muy lejos en los sabores… apuesta por un Mint Julep. El Mint Julep es el primo estadounidense del mojito (ambos pertenecen a una decimonónica familia de cócteles, los smashes, que llevan hierbas machacadas) y es internacionalmente famoso porque se consume en piscinas –y océanos- durante el derby de Kentucky. De hecho, el escritor Hunter S. Thompson cuenta en su reportaje “El derby de Kentucky es decadente y depravado” que la carrera es una enorme borrachera de masas. Sin ninguna necesidad de llegar a esos extremos, el Mint Julep es una agradable y refrescante combinación de bourbon, menta, azúcar y agua. ¿Dónde? En Bitter Barcelona C/ Viladomat, 17
Si lo que te atrae del mojito es que es un trago largo… apuesta por un Garibaldi. El Garibaldi es una combinación relativamente poco conocida (pero muy simple) de Campari –u otro bitter similar- y zumo de naranja. La naranja enfatiza los cítricos del Campari, y equilibra muy bien su punto de amargura –aunque, si lo prefieres, también puedes pedir que te lo hagan con pomelo para darle un punto extra de fuerza-. Te garantizamos que si lo pruebas te enganchará. ¿Dónde? En The Dash Calle de Murillo 5, Madrid.
Si quieres una copa visualmente bonita y algo menos ácida… nada como la Pimm’s cup. Si el Mint Julep era la bebida oficial del Derby de Kentucky, la Pimm’s cup lo es del torneo de Wimbledon, donde cada año se consumen unos 20.000 litros. El Pimm’s es un cóctel preembotellado que se vende desde mediados del siglo XIX, y que se combina con gaseosa o ginger ale y fruta, menta y pepino en una combinación que exclama a gritos “verano en la campiña”. ¿Dónde? En el Maravillas. Plaça de la Concòrdia, 15, Barcelona
Si lo que quieres es algo estilo “vacaciones en el mar”, con su sombrillita y sus colorainas… elige un Tequila sunrise. El Tequila Sunrise, en todo su esplendor hortera de granadina que crea un degradado contra la copa, tiene cierta mala fama, al tratarse de una bebida setentera y, por defecto, algo macarra (a lo que contribuyó también que se convirtió en la favorita de los Rolling Stones). Pero el Tequila Sunrise es una larga tarde de verano junto al mar: hedonismo en estado puro. ¿Dónde? En Motet. C/ Lope de Vega, 33 Madrid
Si lo que quieres es algo más tradicional, que parezca un cóctel “comme il faut”… tu apuesta es el Old Cuban. El Old Cuban es un clásico moderno, que creó Audrey Saunders, la propietaria del Pegu Club de Nueva York, hacia 2001, y al que podríamos definir como “una parte Mojito, una parte Daiquiri, una parte French 75 y todo distinción”. Se trata de una combinación irresistible de ron, menta y champán que toca todas las teclas que se le pueden exigir a un cóctel veraniego y elegante. ¿Dónde? En Dry 1862, de Madrid. Calle del Pez, 27