Fino La Cala de González Byass

Mónica Ramírez

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Buscaban un toque especial para acompañar sus productos y lo han conseguido. El fino La Cala de González Byass es un vino que ha sido diseñado entre la bodega y la marca La Cala de Albert Adrià para maridar con sus productos, enfocados principalmente al aperitivo o picoteo.

Antonio Flores, de González Byass, y Álvaro Montero, de La Cala de Albert Adrià
Antonio Flores, de González Byass, y Álvaro Montero, de La Cala de Albert Adrià

Mejillones en escabeche, navajas, sardinillas, berberechos, ventresca, filetes de anchoa, patatas fritas, almendras, tiritas de jamón, aceite de oliva virgen extra, olivas, chicharrones, secallona, queso de cabra y oveja… todo esto es lo que encontraremos bajo la marca La Cala de Albert Adrià.

El portafolio también cuenta con dos tintos, un vermut y una sangría y ahora querían apostar por un blanco. El requisito, según nos cuenta Álvaro Montero, responsable de la marca, era encontrar un fino pero que fuera distinto, especial, con un carácter diferente y que, a la vez, conservara el espíritu jerezano, «tuve la suerte de pasar parte de mi infancia entre viñas, en Jerez de la Frontera con mis abuelos que fueron quienes me hicieron querer esta tierra, al igual que mi padre que también ha hecho que tenga pasión por el fino».

El proyecto llevaba gestándose casi tres años. Un periodo de tiempo de idas y venidas de muestras que finalmente ha dado como resultado un vino que es fruto del coupage de distintas botas seleccionadas en distintos niveles de la solera, una característica que ya marca la diferencia (recordemos que en Jerez el vino se extrae de una parte de la solera y se embotella cuando ha cumplido todos sus ciclos de crianza biológica). Otros rasgos distintivos son el diseño de la botella y el tapón, que en este caso es corcho embutido.

Habitualmente, el fino se asocia a blancos con grado alcohólico, secos, con notas punzantes… un concepto al que querían darle una vuelta para obtener un producto más amable, más accesible a todos los públicos aunque sin perder la esencia jerezana. Finalmente, lo han conseguido. Fino la Cala es un vino con ese toque diferente y fiel a la tierra de donde procede con esa salinidad tan presente tanto en nariz como en boca. Posee un color amarillo pálido con aromas a esa flor tan típica de los finos, a levadura, panadería, sal, yodo… En boca es lleno, alegre, divertido y con un final marcado por la albariza.